header image

El “afro” de don Fernando Ortiz y los “africanos” de Humboldt. “Afro”, “África”, Afro-Latinidad en la historia, memoria y herencia cultural de la América ibérica y el Caribe

Abstract

This article examines the naming of large population groups in the Americas, such as former slaves and their descendants. The group that today shapes discourse on slavery and its consequences is often called “Afros.” Not only in English-speaking countries, but also in Iberian regions (where most people were brought from Africa). The culture of these territories is referred to as “Afro-Latinidad.” This historicization examines the naming of these groups during the period of slavery (USA until 1865, Cuba until 1886, Brazil until 1888) and the invention of the term “Afro” by Fernando Ortiz (18811969). Ortiz’s conceptualization lends itself to comparison with Humboldt’s concepts (and its contemporary translations). At the same time, the article traces the self-designations of those who are referred to as Afro-descendants, primarily by scholars of culture.

Zusammenfassung

Der Artikel befasst sich mit der Benennung großer Bevölkerungsgruppen in Amerika, beispielsweise ehemaliger Sklaven und ihrer Nachkommen. Die Gruppe, die heute den Diskurs über Sklaverei und ihre Folgen prägt, werden oft „Afros“ genannt. Nicht nur im englischsprachigen Raum, sondern auch in iberischen Gebieten (wohin die meisten Menschen aus Afrika verschleppt wurden). Die Kultur dieser Territorien wird als „Afro-Latinidad“ bezeichnet. In vorliegender Historisierung wird die Benennung dieser Gruppen während der Zeit der Sklaverei (USA bis 1865, Kuba bis 1886, Brasilien bis 1888) und die Erfindung des Begriffs „Afro“ durch Fernando Ortiz (18811969) untersucht. Ortiz’ Konzeptualisierung bietet sich an zu Vergleichen mit den Benennungen durch Humboldt (und deren heutigen Übersetzungen). Zugleich zeichnet der Beitrag die Eigenbezeichnungen derjenigen nach, die von Kulturwissenschaftler als Afro-Descendants bezeichnet werden.

Resumen

Este artículo examina la denominación de grandes grupos poblacionales en América, como los antiguos esclavos y sus descendientes. El grupo que hoy define el discurso sobre la esclavitud y sus consecuencias suele ser denominado “afros”. Esto ocurre no solo en los países angloparlantes, sino también en las regiones ibéricas (para donde la mayoría de la gente de este grupo fue traída desde África). La cultura de territorios ibéricos se conoce como “afrolatinidad”. La historicización presente examina la denominación de estos grupos durante el período de la esclavitud (EE. UU. hasta 1865, Cuba hasta 1886, Brasil hasta 1888) y la invención del término “afro” por Fernando Ortiz (18811969). La conceptualización de Ortiz se presta a la comparación con las denominaciones de Humboldt (y sus traducciones contemporáneas). Al mismo tiempo, el artículo rastrea las autodenominaciones de quienes principalmente los estudiosos de la cultura se refieren como afrodescendientes.

Los significados históricos de “afro” y los “africanos”

En los debates sobre las identidades, tanto desde el punto de vista de la ciencia como de la política, sobre las herencias y la memoria de las esclavitudes y sus dependencias asimétricas, el concepto de “afro” juega un papel extraordinariamente importante.1

Como historiador me pregunto cuándo se empezaron a utilizar los términos “Africano”, “Afro”, Afro-Latino/Afro-Latina. Tanto “Afro” como “Afro-Latino” son términos de América Latina incluyendo el Caribe. “Latina/Latino” viene de diversas fuentes; la más importante era la identificación de las élites e intelectuales blancos hispanoparlantes, que creían que hablaban el castellano más puro derivado del “latín”, frente a América anglosajona del “Norte”.

Los “latinos” tenían influencias diversas, desde fuera de la cultura global católica y francesa, y de forma interna, desde abajo de la criollización2. Desde mediados del siglo XIX algunos intelectuales hablaron en sus textos y discursos de “América Latina”.3

Un gran problema son el significante y el significado de “afro” aplicados desde esa “latinidad”. Afro empezó su vida como “afro-cubano”. Fue Fernando Ortiz quién lo inventó científicamente, siendo lombrosiano.4 Él lo construyó sobre la base, digamos en perspectiva muy general, de una economía esclavista5, la llamada second slavery (segunda esclavitud6) desarrollada en el siglo XIX en Cuba, Brasil y Estados Unidos.7 Ortiz lo hizo concepto. Cuando Ortiz se refiere 1942 a su primer uso del término “afro”, dice:

En ese libro [Los negros brujos de 19068 – MZ (imagen 1: portada de la primera edición)] introduje el uso del vocablo afrocubano, que evita los riesgos de emplear voces de acepciones prejuiciadas y expresa con exactitud la dualidad originaria de los fenómenos sociales que nos proponíamos estudiar. Esa palabra ya había sido empleada en Cuba una vez en 1847, por Antonio de Veitia [Antonio Veitia, un hombre del clan de los Beitía que eran esclavistas mayores; todavía no lo he podido encontrar en persona, tal vez se trata de Antonio Veitia y Zayas – MZ9], según dato que debo a la tan cortés como intensa erudición de Francisco González del Valle [Francisco González del Valle y Ramírez 18811942 – MZ]; pero no había cuajado en el lenguaje general como lo está hoy día. Mi primer libro …, fue recibido por lo general entre la gente blanca con benevolencia, pero siempre con esa sonrisa complaciente y a veces desdeñosa con que suelen oírse las anécdotas de Bertoldo, los cuentos baturros o los chistes de picardía; y entre la gente de color el libro no obtuvo sino silencio de disgusto, roto por algunos escritos de manifiesta aun cuando refrenada hostilidad.10

Ortiz lo utilizó en pleno debate lombrosiano, con el nuevo idioma “científico” de la psicopatología, para la separación del gran grupo social de ex esclavos y sus descendientes de la sociedad “normal” (personas de color) con sus valores “blancos”. En este debate, de la “decadencia” o “psicopatología de los negros”, utiliza las religiones “negras”, que en aquel entonces se llamaban brujería o hechicería.11 Todo esto formaba parte de lo “afro”, para él y muchos intelectuales de la sociedad ex esclavista y en cierto sentido la primera sociedad post colonialista. Y no fue sólo esto; también en gran medida los considerados elementos negativos, este “afro” y su descendencia, más bien en tiempos históricos tenían “El estigma del origen africano”12, que marcaba también a los grandes grupos de pardos, zambos, ladinos y mulatos, como los denominó, entre otros, Alexander von Humboldt.13

2025_Ortiz_afro-cubana_negros_brujos_1906_neu.tif

Imagen 1: portada de la primera edición de Hampa afro-cubana. Los negros brujos de 1906 (https://books.google.com.cu/books/about/Hampa_afro_cubana.html?id=3s0tAAAAYAAJ [19 de abril de 2025]).

 

Pero hay que ir más lejos. Este “afro” no viene de África, pero se refiere a África como metadiscurso en sus dimensiones geográficas, culturales y de control colonial.14 Hay que recordar lo que la historiadora y antropóloga mexicana María Elisa Velázquez formula, resumiendo a Colin Palmer: “it is necessary to have a grasp of the complexity of African history and cultures in order to demonstrate how that background influenced the way Africans coped with and organized life in New Spain”.15

Segundo hay que recordar que en el periodo colonial, la denominación directa y oficial de “africano” o bozal en las Américas era una injuria y hasta ofensa muy fuerte.16 En los testamentos de ex esclavas y ex esclavos, el periodo de su esclavitud era a menudo descrito como “vergüenza”.17 A la vez, los viejos de diferentes “naciones” eran vistos y tal vez (como tenemos poca información) se vieron a sí mismos como portadores de autenticidad de su lugar/región real de origen en lo que nosotros hoy llamamos África y “afro”. Por eso reclamaron liderazgo religioso como tatas o taitas en los barracones de los ingenios y demás plantaciones de la segunda esclavitud y, tal vez también, en las asociaciones informales y de parentesco/amistad que se daban en los cabildos y cofradías de “nación”. La región a que se referían hasta la invención de “afro” (alrededor de 19001910) no tenía nada que ver con el concepto de “África” o “afro” de hoy. La diferente comprensión de ese vocablo entre lo histórico y hoy, en Cuba se conoce como “resemantizar el concepto de afrocubano(a)/afrocubanía”.18

En cuanto a la historia concreta de esclavos, esclavas y personas ya emancipadas, mencionaré solo dos casos bien documentados. Se trata de ejemplos en los que estas personas hablan explícitamente de su origen en un territorio determinado y de sí mismas, testimonios que han quedado registrados en documentos de archivo.19 Así nos aparecen, partiendo desde los procesos legales prescritos en los códigos, los testamentos y en la cotidianeidad legal, algunas realidades sorprendentes: Belén Álvarez, morena libre, lucumí, era una exesclava enriquecida por utilizar trabajo esclavo y por la trata urbana de esclavas. Ella murió en 1887 en la Habana sin dejar testamento válido (intestado). Su heredera legal era su sobrina, Evarista González, la única hija del hermano de Belén, Agustín González, también ya fallecido en 1887. Los hermanos, como esclavizados, habían sido vendidos a diferentes amos; por eso la sobrina no llevaba el mismo apellido de su tía. Para demostrar que sus padres se habían casado y que Bélen y Agustín eran realmente hermanos, la Ley de Enjuiciamiento Civil permitía al abogado buscar testigos que hubiesen vivido con la familia de Belén y Agustín en África (en un lugar real con otra denominación), que hubiesen presenciado la boda de sus padres y pudiesen jurar que ambos eran realmente hermanos de madre y padre.20 Lo más sorprendente es que el abogado no tuvo ninguna dificultad para encontrar testigos que habían presenciado todo eso en el lugar concreto en África, habían sido cautivos en el mismo barco negrero con los dos hermanos que los trasladó a Cuba. El 18 de enero de 1888 el promotor fiscal Francisco O. Ramírez dejó sentado “que ambos eran hijos de Elocún Esin y de Dadá, y por tales se les tenía en su Nación, los cuales fallecieron antes de ser traidos á esta Isla los aclarantes: que estos ultimos eran casados en Africa, en la tribú de Oyo [es decir, el imperio de Oyo en lo que hoy es parte de Nigeria – MZ]”21; “que Belen y Agustin siguieron llamándose hermanos en esta Isla siendo tenidos por tales por todos sus compañeros: que todos los negros de Africa al llegar á esta Isla perdían los nombres que tenían en su país y tomaban el que les daban sus dueños y el apellido de éstos”.22 Los hermanos en África tenían sus nombres originales de aquel tiempo y lugar: Agustín se llamó “Oyó”, Bélen era “Luoco”.23 Como se puede leer, en 1888 el abogado utilizó la palabra “África”. Pero tal vez lo más sorprendente es la fría normalidad con que se trataba en un proceso formal y oficial la cuestión del contrabando de esclavizados desde África hacia América, el hidden Atlantic (o Atlántico oculto), después de la abolición formal de la trata negrera española en 182024: sobre la introducción ilegal en una “expedicion negrera”,25 como determinó el abogado Juan Martí “no había … traza alguna”26 – se refería a ninguna huella escrita. Ni en aquel entonces eso era verdad, porque las huellas escritas se hallaban en los archivos de protocolos notariales de compra-venta, en los protocolos notariales de la Marina (las contratas de los capitanes de los barcos negreros con las tripulaciones), en los archivos de las iglesias (los libros de bautismos de negros recién llegados, los “negros bozales”).

El segundo caso es el de un esclavo criollo y urbano de la Habana en 1839, sobre el cual tenemos informaciones en las fuentes documentales. Sabemos que escribió con su propia mano, es decir sabía leer y escribir, era de escritura y no solo un talking commodity (mercancía parlante).27 La persona es importante para nosotros. Era un joven esclavo doméstico en La Habana, con el nombre Margarito Blanco. Tenía, con el permiso escrito de su amo, su propia casa y buscaba trabajo en las calles o en el puerto. Lo que sabemos de él proviene de su testimonio escrito, archivado por la Comisión Militar en 1839: Margarito tenía 25 años, esclavo criollo, casado, vivía en el barrio Jesús María, cerca del puerto de La Habana. Se autodenomina “carabíapapá”, es decir, un carabalí apapá (grupo étnico, es decir, una de las “naciones” inventadas por negreros y transculturados por esclavizados en Cuba) de Calabar, en la costa de Kalabar, entre el actual este de Nigeria y el noreste de Camerún. Margarito tenía dos trabajos, como cocinero y trabajador portuario. Un día, había pedido permiso a las autoridades para realizar un baile nocturno con un evento de tambores (“bailar Diablito”, es decir, bailes abakuá con ekpe-masquerade como un leopardo (imagen 2: Landaluze Mongo diablo) con tambores en las calles barrios de La Habana. Margarito no solo habló por sí, sino que también dejó algunos textos escritos de su puño y letra en papeles (imagen 3: texto escrito por Margarito Blanco28). Por otras fuentes sabemos que Margarito era miembro de alto rango de una sociedad mutualista secreta (asociación clandestina), conocida en Cuba como abakuá o ñáñigos (en el argot contemporáneo diablitos).29 En la organización abakuá ostentaba el rango de ocongo o mocongo, considerado el máximo líder y guerrero, encargado de hacer sonar el tambor sagrado (que se considera la voz del leopardo).30 Hombres como Margarito Blanco también trabajaban como “contratistas de mano de obra que usaban su posición para dar favores y trabajos a los miembros de la sociedad, pero también para explotarlos”.31

landaluz-2.tif

Imagen 2: Patricio de Landaluze Diablo Mongo (Patricio de Landaluze 1880 [abakuá]), https://www.bellasartes.co.cu/artistas/victor-patricio-landaluze [23 de enero 2024], dominio público; con permiso.

 

A los jefes de las cuadrillas de trabajadores formales se les pedía a menudo que firmaran contratos para sus miembros en los puertos. Por esta razón, esos esclavos y antiguos esclavos aprendieron a leer y escribir. Había muchas escuelitas en los barrios populares de La Habana y en otras ciudades. Pero también había un grupo más amplio con estas habilidades: los que llegaron como esclavos de África, que ya dominaban la escritura alfabética latina. Este fue muchas veces el caso de hombres del pueblo Efik de la región de Cross River entre las actuales Nigeria y Camerún, así como de los ambakistas (ambaquistas) o ambacas de las regiones de Kongo y Angola; traficantes de esclavos africanos del pueblo de Ambaca. Como esclavistas y comerciantes muy activos en África, los Efik interactuaron primero con los portugueses y a partir del siglo XVIII con los traficantes de esclavos y capitanes de barcos de esclavos europeos, ingleses, cubano-españoles y norteamericanos, principalmente de habla inglesa, los ambaquistas principalmente con luso-africanos, brasileños y portugueses.32 Como esclavos, los individuos de habla portuguesa eran llamados ladinos. Como en todas las sociedades de esclavitud y regímenes de esclavitud, los traficantes de esclavos también vivían peligrosamente: algunos de ellos fueron también esclavizados y se vieron obligados a migrar a través del Atlántico como “mercancías parlantes”.

393_Imag_3.tif

Imagen 3: Texto escrito a mano por Margarito Blanco 1839, Archivo Nacional de Cuba, La Habana (ANC), en: ANC, Comisión Militar (cm), leg. 23, núm. 1 (2 Tomos): Contra los morenos, Cap.n Leon Monzon, Sub.tes José del Monte del Pino, Pilar afro-latinidad e historia de las esclavitudes 134 Borrego, y Ambrosio Noriega, Sarg.to José Florencio Daván, José Andrade, José Felipe Cabrera, Agustin Toledo, Margarito Blanco, Tomas Peñalver, Eusebio de Mora, Serapio Villa, Gabriel Rodriguez Padrón, Regino Abad, Bartolomé Villena, Tadeo Abrantes, José Nemesio Jaramillo y los profugos Fran.co Valdes Nogares, y Fran.co Valdivia, acusados de haberse reunidos clandestinamente con el fin de trastornar el orden publico (1839), 1ª Pieza (Tomo I): “Papeles aprehendidos á los 7. Negros q.e expresa el anterior oficio” [julio 1839], f. 11r17v, f. 16r (con permiso).

 

Esclavitudes de antes, esclavitud moderna y “afro” de hoy

Si aplico el concepto esclavitudes de antes a los territorios que más tarde formaron la Nueva España u otros territorios del imperio esclavista ibérico, es porque algunas esclavas y esclavos jugaron un papel importante desde muy temprano. Esclavos negros, llegados inicialmente desde los puertos de la península ibérica, participaron en la conquista desde Nueva España hasta Chile encontrando en los territorios que los europeos llamaban las Indias (o Ámerica) grupos con “otras esclavitudes”.33 Al arribar a las Indias, formaron parte de las campañas de conquista de otros territorios como “soldados serviles” (Matthew Restall34). Asimismo, fueron utilizados como agentes para controlar a los “indios” en el contexto de la primera esclavitud indígena u otros sistemas de coerción, por ejemplo en las economías de hato, como las vaquerías en las pampas y llanos iberoamericanos. Además, estuvieron presentes como esclavos domésticos asociados al lujo y al estatus, así como artesanos urbanos.

Hasta mediados del siglo XVII, Nueva España estaba llena de esclavos negros de África, sobre todo en las ciudades y las casas de las zonas mineras, algunos también en haciendas de azúcar u otras plantaciones. Cuando cambiaron los grandes sistemas de trabajo y explotación encontramos esclavos africanos sobre todo en ciudades portuarias, en especial en Veracruz y Acapulco (y sus zonas regionales de influencia). Existe una diferencia clara entre los grandes territorios continentales, como Río de la Plata/Argentina, Perú y la Nueva España y las periferias esclavistas modernas desde finales del siglo XVIII (como Brasil, Venezuela y Cuba). Lo siguiente lo digo con toda intención, porque determina en parte el uso del “afro”, hasta hoy. En los imperios de esclavitud ibéricos había (y en cierto sentido hay) una grandísima diferencia estructural. Esa diferencia consiste en que en los grandes territorios coloniales de los virreinatos de Perú, México y Argentina la esclavitud de africanos fue mayoritariamente esclavitud urbana.35 En las llamadas periferias de costas y plantaciones, así como en territorios mineros, sobretodo de oro, las esclavitudes eran rurales o fronterizas (a menudo ambos espacios). Y la esclavitud urbana, logicamente, era aún mayor en las ciudades grandes. En esas esclavitudes urbanas había muchas mujeres de África y sus descendientes. Esas mujeres sobre todo y sus hijas trataron de comportarse como las demás mujeres, también las mujeres blancas.36

Los descendientes de esclavos y esclavas africanas en el México de hoy se encuentran sobre todo en las regiones: costa chica de Guerrero y de Oaxaca, costa grande de Guerrero37, centro-golfo del estado de Veracruz, tierra caliente y costa de Michoacán, depresión central, altos e istmo-costa de Chiapas, así como en el municipio de Múzquiz, Coahuila, que es el centro de los mascogos (ver también muscogee), o en español negros mascogos, descendientes de Black Seminoles y Cree (que es un tema de las otras esclavitudes).

Como se ha señalado anteriormente, existieron muchas otras formas de esclavitud en todas las Américas, especialmente en territorios fronterizos, zonas en conflicto y regiones misionales. Aplicando esta idea cum grano salis, podemos decir que la esclavitud masiva de personas procedentes de África predominó hasta mediados del siglo XVII en áreas que hoy se denominan “afro”. También pueden incluirse aquí otras formas de esclavitud o estructuras imperiales tempranas, como las del antiguo virreinato del Perú en comparación con el Perú actual.

En la historia colonial de México, lo sabemos, hay esas formas “después de la esclavitud masiva de negros” también.38 Como otras esclavitudes juegan un rol importante hasta el siglo XIX y hasta el siglo XX e incluso hasta hoy. Como criollos, afro-mestizos, afro-seminoles, y/o afro-mexicanos (y hasta afro-latinos en general) juegan un papel importante.39

Los diarios manuscritos de Humboldt y “África”

Muy interesante son las observaciones sobre esclavos negros en Nueva España que hizo Humboldt en 1803. Si seguimos a Humboldt y la dimensión “de a mano” de su obra, es decir, sus diarios originales, él casi no vio esclavos negros en Nueva España ni en Perú (parece que no entró a las cocinas). Pero Humboldt veía muchísimos esclavas y esclavos negros, mulatos, pardos y zambos (según la jerga colonial) en la Capitanía General de Venezuela, en La Nueva Granada y en Cuba; Humboldt menciona la presencia importante de esclavos en las Antillas y el Caribe.40 Humboldt usa bastante la denominación “África” y “africano” o “africana” para denominar grandes grupos de la población, sobre todo en el Caribe y en Brasil.41 A primera vista hay que decir, que Humboldt como geográfo europeo, opera como Ortiz: usa conceptos que no son utilizados dentro de los grandes grupos de personas esclavizadas o al menos hasta hoy no conocemos. En uno de sus diarios, conocido como Isle de Cube. Antilles en général (o “Habana 1804“, en su edición traducida al español)42, Humboldt habla a menudo de “africanos” (no de “afros”). Cuando utiliza “africano” suele apoyarse en textos y libros de Gran Bretaña. Este uso responde claramente a la influencia de la ciencia geográfica moderna, que en aquella época se encontraba a la vanguardia del conocimiento científico.

En relación con la sociedad esclavista emergente en Cuba, Humboldt suele hablar de “Negros” (muy a menudo escrito con mayúsculas), normalmente en conexión con la palabra “Esclavos”. El pasaje más importante en el texto del diario Isle de Cube. Antilles en général (“Habana 1804“) es la extensa nota titulada “Esclavos”.43

Y, casi lo más importante en cuanto a “África” y “africano” es la advertencia de Humboldt ante otras revoluciones “negras” (como en Haití44), basadas en 83% de hombres no-blancos en las grandes islas del Caribe esclavista, para Humboldt, “el archipiélago de las Antillas”45. En todo este archipiélago, dice Humboldt “los hombres de color (negros o mulatos, libres y esclavos) forman un conjunto de 2.360.000 o 83% de toda población”46. Y ahora viene lo más importante en relación a “África” y “Africano”: hay que diferenciar entre el original en francés 1826 y la traducción al castellano 1827 (y casi todas las ediciones que se basan en ésta). En el original de 1826 en francés dice sobre el pronóstico que Humboldt ve en cuanto a tantas personas “africanas” y la influencia de la revolución de Saint-Domingue/Haití: original 1826: “une Confédération africaine des États libres des Antilles, placée entre Colombia [la “Gran” Colombia de Bolívar – MZ], l’Amérique du Nord et Guatimala”47. La traducción al castellano de 1826 y la edición por parte de Fernando Ortiz de 1930 dice: “confederación americana de los estados libres de las Antillas, situado entre Colombia, la América del Norte y Guatemala”.48

En sus escritos publicados, sobre todo en el Ensayo político de la isla de Cuba, Humboldt adopta un enfoque completamente diferente. En la parte del texto que a menudo se ha denominado incorrectamente el capítulo “Sobre la esclavitud”, Humboldt, además de su rechazo a la esclavitud, habla de los “hombres negros” (o, aún mejor: “humanos negros”) como esclavizados.49

En resumen, Humboldt es analítico, histórico, antiracista y humano a la vez en su uso de los conceptos.

Investigaciones “afro” empíricas y el uso político de hoy

Ahora vamos a dar un gran salto hacia el presente. Empezaré con un tono ligeramente satírico: “Van a La Habana. Ven algunos bailes en clubes, hablan con algunos artistas e intelectuales. Luego declaran todo el asunto ‘Afro-Cuba’”.50 Por supuesto, no es así como funcionan la historia y la antropología histórica. Hay que investigar no solo en los archivos y en los textos escritos, sino también entre “la gente”, es decir, entre las mayorías de la población, en su habla, sus expresiones culturales y en su economía.

El aspecto más positivo y significativo del uso científico actual del término “afro” radica en las investigaciones empíricas, antirracistas y de trabajo de campo. Estos estudios visibilizan y unifican grupos, espacios y dimensiones socioculturales hasta ahora relativamente olvidados o poco reconocidos fuera de su ámbito local.51 Se incluyen aquí aspectos como la gastronomía, la resistencia, las artes, los rituales, la política, las organizaciones e incluso las tecnologías y la cultura en general. Este uso científico fue recientemente reinventado bajo el término “Afro Latin-America” por George Andrews, llamado Reid, especialmente aplicado en sus estudios sobre São Paulo y Argentina.52

Desde mi perspectiva de historia global – que es bastante general – identifico en América Latina varios centros principales: Brasil, Venezuela, Argentina, Uruguay, México y Colombia. Existen también otros centros importantes en Perú, Bolivia, Chile y, por supuesto, en Cuba. Además, los espacios relacionados con la memoria, generalmente vinculados al activismo político, la literatura, el deporte o la música, son claramente mucho más numerosos y diversos.53

Lo que quiero señalar es lo siguiente: reconozco la importancia del término “afro” y la atención que recibe actualmente por parte de intelectuales, artistas, escritores, músicos y activistas. Esto se aplica especialmente a las grandes sociedades centrales de los antiguos imperios esclavistas de Portugal y España en América, como Nueva España/México, Perú/Nueva Granada (Colombia), así como al menos central, aunque muy relevante, Virreinato del Río de la Plata y la Capitanía General de Chile.

¿Por qué sucede esto? Porque casi todas las personas en estas sociedades han olvidado – o prefieren ignorar – que sus territorios formaron parte esencial del imperio esclavista ibérico en América. Este imperio se caracterizó, sobre todo desde mediados del siglo XVII hasta 1800, por un régimen esclavista predominantemente urbano, basado en la esclavitud africana-atlántica. Dicho régimen afectó profundamente las vidas reales de numerosas mujeres, hombres y niños traídos desde África.

Pero eso no es solamente la “culpa” de intelectuales que tal vez lo olvidaron o a los cuales la cultura “de los negros” no parecía mencionable hasta más o menos 2010. También tiene que ver con un fenómeno que una historiadora estadounidense, escribiendo un doctorado sobre mujeres negras y de color en la historia de una “república muy blanca”, mejor dicho un territorio que se hizo “blanco” en los siglos XIX y XX, la del Río de la Plata/Argentina llamó “hiding in plain sight [ocultos a plena vista]”.54 La historiadora Erika Edwards ha investigado una fórmula básica, que puede resumirse así: las mujeres negras, morenas, pardas, mulatas y de otras “castas” no blancas – en particular las antiguas esclavas casadas o en situación de “queridas” – intentaron comportarse como las mujeres blancas de su entorno social. Edwards se concentra especialmente en el caso de mujeres negras, incluyendo tanto a esclavas como a ex esclavas.55 Las leyes y las no escritas de comportamiento social en los territorios donde vivían no eran en contra de esa actitud. Muy al contrario, era parte de la cultura oficial como se puede observar en una imagen de esta cultura visual.56 No se hablaba del color de la piel ni del origen en la esclavitud – había límites al racismo.57 Eso ha funcionado así por siglos también en otros territorios de los imperios de la esclavitud, sobre todo en los hispánicos.58 Sólo bastante tarde surge el estigma “afro” para estas mujeres, como para todos los descendientes de personas esclavizadas de África.59

Es probable que el fenómeno del “olvido voluntario” o del silencio también esté relacionado con la situación específica de países como Cuba. Allí, los descendientes de antiguos esclavos y esclavas – que hoy serían llamados “Black” o “BIPOC”60 en Estados Unidos – se consideran fundadores de la nación moderna y, naturalmente, ciudadanos de Cuba desde mucho antes que la gran mayoría de los inmigrantes europeos. Estos últimos llegaron después de la abolición de la esclavitud e incluso durante el siglo XX. Una dinámica similar puede observarse en otros países de América, donde estos descendientes se reconocen como ciudadanos de sus respectivas naciones desde épocas muy anteriores a las oleadas migratorias europeas posteriores a la esclavitud.

Además, formaron y forman la base de las clases trabajadoras, en las cuales se reunieron, más o menos a partir de 1870, los más pobres del colonialismo y de la esclavitud, con los más pobres y miserables de las migraciones de las respectivas sociedades europeas, como portugueses, gallegos y canarios (isleños). Esos “blancos” muy pobres muchas veces se casaron con mujeres negras o mulatas.

En Brasil, también por las investigaciones y publicaciones académicas muy buenas, nadie puede “olvidar la esclavitud”. Y eso está bien, así Brasil fue por mucho tiempo una sociedad predominantemente costera de plantaciones y esclavitudes con muchas partes muy diferentes.61 Solo en el tardío siglo XIX y en el siglo XX tomó, como decirlo, la gigantesca “forma cartográfica” que conocemos hoy y que le da su importancia en cuanto a las denominaciones de grandes grupos de su población.

Brasil por otro lado en cuanto a “afro” es bastante parecido a Cuba pese a que, como dije, sobre todo por las cifras, dimensiones y territorios, es diferente.62 Una de las cosas parecidas son que en Brasil hay más de cien denominaciones para diferentes grupos de gentes llevados desde África a Brasil (“nações”) y para descendientes de esclavizados. En cuanto a descendientes de esclavas y esclavos predominan, como en Cuba, preto y negro. El primero es en el uso popular en Brasil como en Cuba más bien peyorativo. El nombre unificador más en uso y más neutral es moreno o morena (lo que conocemos de Cuba ya para el siglo XVIII). “Afro”, afrodescendente o afro-brasileiro/afro-brasileira es muy utilizado en movimientos negros, en textos gubernamentales o académicos de perspectiva culturalista.63 Para muchos es, como también en el caso de Venezuela64, una importación discursiva de Cuba, de los EEUU o aún más internacional.65

La autorepresentación de quilombola en Brazil, sobre todo zonas rurales donde había quilombos o mocambos, es otra cosa, parecida a las de las Guayanas.66

Todo eso tiene que ver, y aun en muchas esferas más, con la aceptación de lo “africano” o “afro” on the ground, en las poblaciones grandes de antiguas sociedades esclavistas con muchos ex esclavos y ex esclavas de África. El mejor ejemplo para eso es Brasil y, tal vez, porque la mentalidad nacional es tan “blanca”, de alguna forma también Argentina.

En muchas poblaciones de América Latina, hasta en sus intelectuales, hay tácitamente esa aceptación. Pero casi no la hay hablada, textual o publicada on the ground (lo que queda por investigar). Pero en algunos territorios del Caribe y de las Américas parece seguro que no las hay. En Haití el uso de “afro” sería algo ridículo, en República Dominicana67 es peligroso, en el Chocó (Colombia)68 es muy complicado, en Suriname entre los pueblos de maroons (cimarrones) también. Los cimarrones de Suriname desarrollaron, formulado y publicado por sus portavoces académicos e intelectuales Richard y Sally Price, así como Jean Moomou, su propia visión del mundo (en alemán filosófico “Weltbild”), como ha sido publicado, por ejemplo, en Alabi’s World.69 Richard Price, desde esa perspectiva, se ridiculiza hasta del concepto totalizador de criollización.70

En Venezuela “afro” es, más o menos como en Brasil, un importación discursivo-cultural (en el caso de Venezuela: de Cuba). En Colombia el uso está mucho más extendido (no por casualidad la base empírica del antropólogo histórico Peter Wade es Colombia), pero en lo esencial es lo mismo, aunque ambos países, Colombia y Venezuela, vistos desde sus centros urbanos más importantes se parecieron por lo que respecta a la política de la memoria durante mucho tiempo a México, Argentina, Chile y Uruguay.

En Cuba, donde Veitia y Fernando Ortiz, como sabemos lo inventaron, son muy pocos intelectuales que utilizan el neologismo “afro”, pero muchos artistas (tanto pintores como músicos u otras artes) y algunos activistas lo utilizan como la dimensión no-nacional del cosmopolitismo negro.71 Al otro lado queda confirmado que muchos intelectuales y artistas muy importantes no lo han utilizado o creo que nunca lo hubieran utilizado.

Sólo voy a mencionar la figura poderosa del poeta importantísimo Nicolás Guillén.72 Hay que mencionar también al historiador Walterio Carbonell, quién escribe “africanos” o “africana”, pero nunca “afro”.73 Lo mismo hacen el intelectual integral Fernando Heredia, el historiador del tema, Tomás Fernández Robaina o la eminente escritora y socióloga de la memoria, Zuleica Romay.74 Nicolás Guillén, que era muy consciente de la posición social y de clase de “los negros” en Cuba y en el Caribe (que debemos trabajar mucho más en el futuro75), puso su inconformidad con el concepto de “afro”.

La construcción de lo “afrocubano” y, de forma más general de lo “afro”, se da sobre todo en la escuela de Ortiz (sobre todo Lydia Cabrera (18991991) y Rómulo Lachatañeré (19091952)).76 Mi figura preferida en la historia y en la memoria histórica de Cuba y de resistencia contra la esclavitud en general, Esteban Montejo, el cimarrón, habla de naciones, de “negros” y de África; casi no habla de sí mismo como “cubano”.77 Por último, en cuanto a esas figuras famosas de la historia de Cuba, menciono a Ricardo Batrell, el más radical y, como Montejo, no-elitista de los que hablan de “negros”. Ni a él ni a ninguno de los mencionados hubiera llegado a la mente de hablar de “afro”.78 En una perspectiva total, uno quisiera referirse al debate que William Du Bois tuvo en 1928 sobre denominaciones identitarias y las “cosas”, hoy diríamos denominaciones identitarias por un lado y por otro, estructuras y condiciones sociales. Du Bois escribió: “It’s not the name – it’s the Thing that counts”.79

No creo que el concepto de “afro” tendrá un rol muy importante en poblaciones con un porcentaje importante de “negros”, ex esclavos y sus descendientes en Iberoamérica (también porque la traducción, digamos cultural, de negro en idiomas ibéricos, es black en inglés). Al contrario, en trabajos artísticos, como los del grupo Queloide o los trabajos de historiadoras de color, como en el libro importante con el título “Afrocubanas”, o trabajos del sociólogo histórico Agustín Lao-Montes para todas las Américas80, así como muchos trabajos lingüísticos-religiosos, juegan un papel importante para llamar la atención que hay que trabajar y luchar el racismo en concreto y científicamente.

Conclusión

Hasta más o menos 1990 la denominación y auto denominación de los descendientes de esclavizadas y esclavizados llevados de África a las Américas, pasando por el Atlántico, era generalmente “negras” o “negros” y, en especial el nombre de la respectiva “nación”. En algunas partes en cuanto a “negras” o “negros” todavía lo es (Venezuela, Cuba, Puerto Rico, Colombia (sobre todo el Chocó), Santo Domingo, Haití, Suriname).81 En la población de esos territorios va a quedarse así.

El concepto y la palabra “Afro” son históricamente relativamente joven con alguna raíz textual en el siglo XIX. Si realmente es útil (y usado por individuos) en la microhistoria de life histories de personas negras y de color concretas, queda por investigar. Hay algunos resultados positivos.82 Desde una perspectiva crítica (como toda ciencia), no se puede pasar por alto cierta distancia, sobre todo de personas que son clasificadas como “afrodescendientes” por parte de intelectuales, artistas y activistas que quieren integrarse a la cultura científica dentro del marco conceptual de “afro” funcional, pero no tanto a su historia. También es un problema dentro de la transculturación o criollización. ¿La hubo dentro del marco de la nación?83 ¿Y ahora, por la llamada “globalización”, hay una re-africanización?

Hay otros aspectos importantes para el debate. Como Begriff (concepto) “afro” surge al comienzo del siglo XX como algo bastante peyorativo y racista (inventado por un esclavista (Veitía o Beitia) y un intelectual lombrosiano en “hampa afro-cubana”).84 En sentido científicamente útil y positivo de la denominación “Afro-Latinoamérica” creada por politólogos franceses a partir de los años 1978/198085 no surgió, como tampoco “afro”, desde adentro de las comunidades negras y de color. Eso es relativo, no solamente por la falta de investigaciones de historia oral.86

¿Cuándo y hasta dónde va a llegar la afro-(re)transculturación dentro del marco de políticas de identidad?, nadie lo puede decir, de momento. Lo repito una vez más, hace falta más investigación empírica “on the spot”.

Bonn/La Habana/Guadalajara/Cartagena/Santa Marta/Willemstad (Curaçao), Portimão (Portugal)/Leipzig, junio 2024 – abril de 2025

1 Zeuske, Michael, Afro-latinidad e historia de las esclavitudes, Guadalajara: Editorial Universidad de Guadalajara/Centro Maria Sybilla Merian de Estudios Latinoamericanos Avanzados en Humanidades y Ciencias Sociales (CALAS), 2024, DOI: https://doi.org/10.32870/9786075812564. Agradezco a Javier Laviña (Universitat de Barcelona) y a la revisión por pares (peer review) por mejorar la traducción al castellano.

2 Ver: Zeuske, Michael, “Transculturación, creolización y afrodescendientes en larga dimensión histórica”, en: Zeuske, Michael, Afro-latinidad e historia de las esclavitudes …, pp. 51–55.

3 Estrade, Paul, “Observaciones a don Manuel Alvar y demás académicos sobre el uso legítimo del concepto ‘América Latina’”, en: Rábida No. 13, Huelva (1994), pp. 7982; Ayala Mora, Enrique, “El origen del nombre América Latina y la tradición católica del siglo XIX”, en: Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura Vol. 40:1 (ene.jun. 2013), pp. 213–241, https://revistas.unal.edu.co/index.php/achsc/article/view/38769/40760 [7 de septiembre de 2023].

4 Ortiz, Fernando, Hampa afro-cubana. Los negros brujos (apuntes para un estudio de etnología criminal). Carta prólogo del Dr. C. Lombroso, Madrid: Librería de Fernando Fe, 1906; Ortiz, Fernando, Hampa afro-cubana: Los negros esclavos. Estudio sociológico y de derecho público, La Habana: Revista Bimestre Cubana, 1916 [reedición] Ortiz, Fernando, Los negros esclavos, La Habana: Ed. de Ciencias Sociales, 1976]; En cuanto a las dimensiones literarias, considero que la literatura fue, en muchos momentos de la historia de la esclavitud, la única manifestación cultural capaz de reflejar por escrito una verdad cruel y traumática. Especialmente en períodos dominados por un silencio interesado – el que denomino long black veil. Véase, por ejemplo: Camacho, Jorge, Representaciones del mal: brujos y ñáñigos en Cuba, Oxford: University of Mississippi, 2021 (Romance Monographs); Surwillo, Lisa, Monsters by Trade. Slave Traffickers in Modern Spanish Literature and Culture, Stanford: Stanford University Press, 2014, passim; Pérez-Hernández, Reinier, Del reverso del vacío: Los trabajos de la memoria “negra”. En torno a las escrituras y narrativas de vida afrodescendientes cubanas contemporáneas, Miami: Editorial Verbum, 2023; ver también: Bronfman, Alejandra, “En Plena Libertad y Democracia’: Negros Brujos and the Social Question, 19041919, en: Hispanic American Historical Review (HAHR), 82:3 (August 2002), pp. 549–587.

5 Pérez Jr., Louis A., Colonial Reckoning: Race and Revolution in Nineteenth-Century Cuba, Durham: Duke University Press, 2023.

6 Zeuske, Michael, “The Second Slavery in the Americas”, en: Pargas, Damian; Schiel, Juliane (eds.), The Palgrave Handbook of Global Slavery throughout History, Cham: Palgrave Macmillan, 2023, pp. 429439.

7 Zeuske, Michael,”Humboldt en Venezuela y Cuba/Humboldt y la segunda esclavitud”, en: Ette, Ottmar; Göbel, Barbara; Kraft, Tobias (eds.), Alexander von Humboldt. Die ganze Welt, der ganze Mensch, Baden-Baden: Georg Olms Verlag, 2024, pp. 253–286.

8 Ortiz, Hampa afro-cubana. Los negros brujos …; la reedición de este importante libro es: Ortiz, Fernando, Los negros brujos, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2007 (1ª edición: 1995); ver también: Barreal, Isaac, “Prólogo”, en: ibíd., pp. V–XXII.

9 Inserción de Michael Zeuske. Debo la información a Rolando E. Misas, La Habana; ver también: Santa Cruz y Mallen, Francisco Javier, Historia de familias cubanas, 6 vols., Havana: Hercules Editorial, 1940, t. III, p. 86: “bautizado … 1814 … fue V Marqués del Real Socorro …. Desempañó el cargo de Regidor de este Ayuntamiento [de La Habana] … defunción … 1886“.

10 Ortiz Fernández, Fernando, “Por la integración cubana de blancos y negros” [1942], en: Órbita de Fernando Ortiz. Selección y prólogo de Julio Le Riverend, La Habana: Unión de Escritores y Artistas, 1973, pp. 181191, pp. 182183.

11 Fernández Robaina, Tomás, “El término ‘afrocubano’: una contribución olvidada de Fernando Ortiz”, en: Fernández Robaina, Identidad afrocubana, cultura y nacionalidad, Santiago de Cuba: Editorial Oriente, 2019, pp. 7383.

12 Un subcapítulo en: Estaba Amaiz, Roraima, “Esclavitud y origen africano: Ideología y control social de las gentes de color en el circumcaribe hispano”, en: Naranjo Orovio, Consuelo; Puig-Samper, Miguel Ángel (eds.), Color, raza y racialización en América y el Caribe, Madrid: Catarata, 2022, pp. 199–218.

13 Ibíd.

14 Para el muy debatido ejemplo del famoso Olaudah Equiano/Gustavus Vassa, véase: Carretta, Vincent, Equiano, the African. Biography of a Self-Made Man, Athens: The University of Georgia Press, 2022, ver también: Werner, Anja, “‘That Fantasy Was Sort of Blown Away’: Schwarze Amerikaner:innen, Afrika, und das Erbe des transatlantischen Sklavenhandels. Eine Systematisierung”, en: Comparativ. A Journal on Global History/Zeitschrift für Globalgeschichte und vergleichende Gesellschaftsforschung Vol. 33:5/6 (Nov. 2023), pp. 715–736 (Forum), https://www.connections.clio-online.net/journal/id/z6ann-142657.

15 Velázquez, María Elisa, “Africans and Afro-descendants in Mexico and Central America: overview and challenges of studies of their past and present”, en: Collective Volume. The Slave Route Project, UNESCO, pp. 1–23, p. 15, http://www.unesco.org/fileadmin/MULTIMEDIA/HQ/CLT/pdf/Maria_Elisa_Velazquez_Eng_01.pdf [17 de abril de 2021]. La cita de Palmer es de: Palmer, “México y la diáspora africana: algunas consideraciones metodológicas”, en: María Elisa Velázquez (ed.) Poblaciones y culturas de origen africano en México, Mexico, INAH, 2005 (Serie Africanías No. 1).

16 Zeuske, Michael, “AAA y la invención de afro”, en: Zeuske, Afro-latinidad e historia de las esclavitudes …, pp. 4851; Estaba Amaiz, “Esclavitud y origen africano: Ideología y control social de las gentes de color en el circumcaribe hispano”, pp. 199–218.

17 Romay, Zuleica, “Marca número 1: Vergüenza de ser negro”, en: Romay, Cepos de la memoria. Impronta de la esclavitud en el imaginario social cubano, Matanzas: Ediciones Matanzas, 2015 (Ensayo Ediciones Matanzas), pp. 5767; ver también: Zeuske, Michael, “Afrokuba und die schwarze Karibik”, en: Zeuske, Michael, Schwarze Karibik. Sklaven, Sklavereikulturen und Emanzipation, Zürich: Rotpunktverlag, 2004, pp. 247–336; Zeuske, Michael, “Nach der Sklaverei: Sklavennamen und Kultur des Vergessens”, en: ibíd., pp. 465–502.

18 Hall, Alexander, „¿De qué hablamos cuando hablamos de ‘afrocubano/a’?”, en: Opinión diciembre 4 (2022), https://oncubanews.com/opinion/de-que-hablamos-cuando-hablamos-de-afrocubano-a/ [10 de enero de 2023].

19 Zeuske, Michael, “Narrative Self-Representations of Enslaved People under Slavery Regimes – Myth or Reality?”, en: Brüggen, Elke; Gymnich, Marion (eds.), Narratives of Dependency. Textual Representations of Slavery, Captivity, and Other Forms of Strong Asymmetrical Dependencies (Dependency and Slavery Studies; 11), Berlin/Boston: Walter de Gruyter, 2024, pp. 235–300.

20 Intestado de la morena Belén Álvarez, en Archivo Nacional de Cuba (ANC), Escribanía de Gobierno, leg. 864, exp. 9. Ver también: Hevia Lanier, Ohilda, “Reconstruyendo la historia de la exesclava Belén Álvarez”, en: Rubiera Castillo, Daisy; Martiatu Terry, Inés María (selecc.), Afrocubanas. Historia, pensamiento y prácticas culturales, La Habana: Editorial Ciencias Sociales, 2011, pp. 30–53; Hevia Lanier, “Historias ocultas: Mujeres dueñas de esclavos en La Habana colonial (18001860)”, en: Hevia Lanier; Rubiera Castillo (coords.), Emergiendo del silencio. Mujeres negras en la historia de Cuba, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2016, pp. 3–55.

21 ANC, Escribanía de Gobierno, leg. 864, exp. 9, f. 195r196v, aquí f. 195v.

22 Ibíd., f. 145v–f. 151v, aquí f. 149r (ortografía original).

23 Hevia Lanier, Oilda, “Reconstruyendo la historia de la exesclava Belén Álvarez”, pp. 30–53, p. 40.

24 Zeuske, Michael, “The Hidden Atlantic/El Atlántico oculto (septiembre 2016)”, https://www.academia.edu/25886832/ [13 de abril de 2017].

25 ANC, Escribanía de Gobierno, leg. 864, exp. 9, f. 145v–f. 151v, aquí f. 115v.

26 Ibíd., f. 116r.

27 Zeuske, Michael, “Migration, Slavery, and Commodification”, en: Curry-Machado, Jonathan; Stubbs; Jean; Clarence-Smith, William Gervase; Vos, Jelmer (eds.), The Oxford Handbook of Commodity History, New York/Oxford: Oxford University Press, 2024 (Oxford Handbooks), pp. 311–334.

28 “Papeles aprehendidos á los 7. Negros q.e expresa el anterior oficio”, en: ANC, Comisión Militar (CM), leg. 23, no. 1 (2 Tomos): Contra los morenos, Cap.n Leon Monzon, Sub.tes José del Monte del Pino, Pilar Borrego, y Ambrosio Noriega, Sarg.to José Florencio Daván, José Andrade, José Felipe Cabrera, Agustin Toledo, Margarito Blanco, Tomas Peñalver, Eusebio de Mora, Serapio Villa, Gabriel Rodriguez Padrón, Regino Abad, Bartolomé Villena, Tadeo Abrantes, José Nemesio Jaramillo y los profugos Fran.co Valdes Nogares, y Fran.co Valdivia, acusados de haberse reunidos clandestinamente con el fin de trastornar el orden publico (1839), 1ª Pieza (Vol. I) (En lo sucesivo citado como: ANC, Comisión Militar (CM), legajo 23, no. 1 (2 vols.): Contra los morenos … (1839)), f. 11r17v, f. 16r.

29 Sosa [Rodríguez], Enrique, “Procedencia y cultura del carabalí”, en: Sosa, El Carabalí, La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1984, pp. 17158; Sosa Rodríguez, Negreros, catalanes y gaditanos en la trata cubana 18271833, La Habana: Fundación Fernando Ortiz, 1998 (Colección La Fuente Viva; 6); López Valdés, Africanos de Cuba …; Guanche [Pérez], Jesús, Africanía y etnicidad en Cuba (Los componentes étnicos africanos y sus múltiples denominaciones), La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2009; véase específicamente: Ibíd., “Anexos”, en: ibíd., pp. 195–284. (Anexo 19: “Presencia histórica de los componentes africanos en Cuba según las principales zonas geográficas de procedencia”, ibíd., pp. 274–284).

30 Miller, Ivor L., “The 1839 Abakuá Raid”, en: Miller, Ivor L., Voice of the Leopard …, pp. 8384; Miller, Ivor L., “The Ékpè-Abakuá Continuum: Articulating Trans-Atlantic African Diaspora Heritage in Cuba and the Cross-River Region (Cameroon, Equatorial Guinea and Nigeria)”, en: Zanj: The Journal of Critical Global South Studies Vol. 4:1 (November 2022), pp. 36–58.

31 López Valdés, “Abakuá”, en: Chomsky, Aviva; Barr, Carry; Prieto, Alfredo; Smorkarloff, Pamela M. (eds.), The Cuban Reader. History, Culture, Politics (Chapel Hill: The University of North Carolina Press, 2019), pp. 201–202, p. 201; ver también el trabajo antropológico temprano de Rafael López: López Valdés, “La Sociedad Secreta ‘Abakuá’ en un Grupo de Obreros Portuarios”, en: Etnología y Folklore 2, La Habana (julio–dic. 1966), pp. 5–26.

32 Vansina, Jan, “Ambaca Society and the Slave Trade, c. 17601845“, en: Journal of African History Vol. 46 (2005), pp. 1–27; ver también: Caldeira, Arlindo Manuel, “Formação de uma cidade afro-atlântica: Luanda no século XVII”, en: Revista Tempo, Espaço, Linguagem Vol. 5:3 (sept.dic. 2014), pp. 12–39; Caldeira, “Angola and the Seventeenth-Century South Atlantic Slave Trade”, en: Richardson, David and Silva, Filipa Ribeiro da (eds.), Networks and Trans-Cultural Exchange: Slave Trading in the South Atlantic, 15901867, Leiden: Brill, 2015, pp. 101142; Heintze, Beatrix, “Schwarze ‘Weiße’: die Ambakisten”, en: Heintze, Beatrix, Afrikanische Pioniere. Trägerkarawanen im westlichen Zentralafrika (ca. 18501890), Frankfurt am Main: Verlag Otto Lehmbeck, 2002, pp. 155–274; Heintze, Beatrix, “Os Luso-Africanos no Interior de Angola”, en: Heintze, Beatrix, A África centro-occidental no século XIX (c. 18501890). Intercâmbio com o Mundo Exterior. Appropriação, Exploração e Documentação. Tradução de Marina Santos, Luanda: Editorial Kilombelombe, 2013, pp. 259–307.

33 Shadow, Robert D.; Rodríguez V., María J., “Historical Panorama of anthropological perspectives on aztec slavery”, en: Dahlgren, Barbro; Soto de Abrechavaleta, María de los Dolores (eds.), Arqueología del norte y del occidente de México. Homenaje al Doctor J. Charles Kelley, México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1995, pp. 299–323; Gunsenheimer, Antje, “Doña Marinas Schwestern und Brüder. Sklaverei in der aztekischen Gesellschaft”, en: Dhau. Jahrbuch für außereuropäische Geschichte 2 (2017), pp. 5381; Hämäläinen, Pekka, The Comanche Empire, New Haven und London: Yale University Press, 2008 (The Lamar Series in Western History); Andrés Reséndez: “The Aztecs, Mayas, Zapotecs, Caribs, Iroquois, and many others possessed captives and slaves … Nomadic groups also had slaves”; ver: Reséndez, Andrés, “Powerful Nomads”, en: Reséndez, The Other Slavery: The Uncovered Story of Indian Enslavement in America, Boston: Houghton Mifflin Harcourt, 2016, pp. 172185, aquí p. 195.

34 Restall, Matthew, “Black Conquistadors: Armed Africans in Early Spanish América”, en: The Americas Vol LVII:2 (October 2000) (=The African Experience in Early Spanish America), pp. 171–205; Restall, Matthew, Beyond Black and Red: African-native Relations in Colonial Latin America, Albuquerque: University of. New Mexico Press, 2005; Soto Mesa, Carla, “L’esclavage au Chili”, en: Bénot, Yves; Dorigny, Marcel (eds.), Rétablissement de l’esclavage dans les colonies françaises, 1802. Ruptures et continuités de la politique coloniale française (18001830). Aux origines d’Haïti, Paris: Maisonneuve & Larose, 2003, pp. 435451.

35 Velázquez Gutiérrez, María Elisa, “Entre liberté et esclavage: des frontières poreuses. Mexico, XVe–XVIIIe siècle”, en: Ismard, Paulin (dir.); Rossi, Benedetta; Vidal, Cécile (coords.). Avec la collaboration de Claude Chevaleyre, Les Mondes de l’esclavage: une histoire comparée. Traduit par Souad Degachi et Solange Lebourge, Paris: Seuil, 2021 (Univers historique), pp. 159164, sobre todo: Velázquez Gutiérrez, “Une societé urbaine esclavagiste”, en: ibíd., pp. 160161; Arrelucea Barrantes, Maribel; Cosamalón Aguilar, Jesús A., La presencia afrodescendiente en el Perú. Siglos XVI–XX, Lima: Ministerio de Cultura, 2015.

36 Por eso (y seguro que por más razones), María Elena Velázquez tiene siempre un capítulo o subcapítulo sobre mujeres negras: Velázquez Gutiérrez, “Nourrices et cuisnières: les femmes esclaves”, en: ibíd., pp. 161162.

37 Espinosa Cortés, Luz María; Serna Herrera, Juan Manuel de la (coords.), Raices y actualidad de la afrodescendencia en Guerrero y Oaxaca, México D.F.: UNAM/Plaza y Valdés, 2012.

38 Aguirre Beltrán, Gonzalo, La población negra de México 15101810: Estudio etnohistórico, México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1972; Mellafe, Rolando, Breve historia de la esclavitud negra en América Latina, México D.F.: Secretaría de Educación Pública, 1974; Palmer, Colin A., Slaves of the White God, Blacks in Mexico 15701650, Cambridge: Cambridge University Press, 1976; Martínez Montiel, Luz María, Negros en América, Madrid: Editorial Mapfre, 1992; Martínez Montiel (ed.), Presencia africana en México. México: CONACULTA, 1994; Ngou-Mve, Nicolás, El África bantú en la colonización de México, 15951640, Madrid: Agencia Española de Cooperación Internacional, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1994; Hernández Cuevas, Marco Polo, The Africanization of Mexico From the Sixteenth Century Onward: A Review of the Evidence, Lewiston: Mellen, 2010; Velázquez, María Elisa, “Experiencias de esclavitud feminina: africanas, afrodescendientes e indígenas en el México virreinal”, en: Velázquez, María Elisa (coord.), Debates históricos contemporáneos: africanos y afrodescendientes en México y Centroamérica, México: Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos/Instituto Nacional de Antropologia e Historia/Institut de Recherche pour le Développement/Universidad Nacional Autónoma de México, 2011 (Colección Africanía; 7), pp. 243–266; Sierra Silva, Pablo Miguel, Urban Slavery in Colonial Mexico: Puebla De Los Ángeles, 15311706, Cambridge: Cambridge University Press, 2018.

39 Vinson III, Ben; Vaughn, Bobby, Afroméxico. El pulso de la población negra en México: una historia recordada, olvidada y vuelta a recordar, México. D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2004; Vinson III; Restall, Matthew (eds.), Black Mexico: Race and Society from Colonial to Modern Times, Albuquerque: University of New Mexico Press, 2009.

40 Ver: Humboldt, Alexander von, Isle de Cube. Antilles en général (https://edition-humboldt.de/H0002922 [13 de enero de 2023]); Humboldt, Alexander von, Diario Habana 1804. El diario original de Humboldt, escrito en La Habana, Zeuske, Michael (ed.), La Habana: Biblioteca Nacional de Cuba, 2021 (Ediciones Bachiller), https://bnjm.cu/?secc=noticias&idNews=3716&titulo=disponible-para-descarga-el-libro-diario-habana-1804-de-alexander-von-humboldt-.

41 Zeuske, Michael, “Humboldt in Venezuela and Cuba: The ‘Second Slavery’”, en: German Life and Letters Vol. 74:3 (2021), pp. 311–325; Zeuske, Michael, “Alexander von Humboldt en Venezuela y Cuba. Segunda esclavitud, élites e independencia”, en: Puerta Bautista, Lorena; Straka, Tomás (coords.), 250 años de Alexander von Humboldt: el nacimiento del Cosmos, Caracas: Universidad Católica Andrés Bello, 2020, pp. 35–51.

42 Humboldt, Alexander von, Diario Habana 1804. El diario original de Humboldt, escrito en La Habana …, passim.

43 Humboldt, “Esclavos”, en: ibíd., pp. 69–71.

44 En cuanto a los esclavos actores de la revolución de Saint-Domingue/Haití, Humboldt hasta habla de “Negros guerreros” y “guerreros esclavos”, en: ibíd., p. 81.

45 Original en francés (1826): Humboldt, Alexander von, Essai Politique sur l’Ile de Cuba, avec une carte et un supplément qui renferme des considérations sur la population, la richesse territoriale et le commerce de l’Archipel des Antilles et de Colombia, 2 vols, Paris, 1826, (https://books.google.de/books?id=cvodAAAAMAAJ&printsec=frontcover&hl=de&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q=historien&f=false [8 de enero de 2025]). Hay una traducción muy rápida al español: Humboldt, Alejandro de, Ensayo político sobre la Isla de Cuba. Traducida al castellano por D. J. B. y V. y M., Paris, 1827. Aquí citado de la publicación (basada en la traducción al español de 1827): Humboldt, Alejandro de, “Capítulo III Población”, en: Humboldt, Alejandro de, Ensayo Político sobre la Isla de Cuba. Por Alejandro de Humboldt con un mapa de Cuba. Introducción por Fernando Ortiz y correcciones, notas y apéndices por Francisco de Arango y Parreño, J. S. Thrasher y otros. 2 vols., La Habana: 1930 (Colección de libros cubanos, vols. XVI y XVII), vol. I, pp. 101169, p. 105.

46 Ibíd.

47 Humboldt, Alexander de, “Population”, en: Humboldt, Alexander de, Essai Politique sur l’Ile de Cuba, avec une carte et un supplément qui renferme des considérations sur la population, la richesse territoriale et le commerce de l’Archipel des Antilles et de Colombia, 2 vols, Paris, 1826, vol. I, pp. 113187, p. 119.

48 El énfasis es mío: Humboldt, “Capítulo III Población”, vol. I, pp. 101169, p. 105. Todo citado según la ortografía original. La mejor edición de hoy (en inglés) lo traduce correcto: “an African Confederation of the Free States of the Antilles, situated between Columbia, North America, and Guatemala”: Humboldt, Alexander von, “Population”, en: Humboldt, Alexander von, Political Essay on the Island of Cuba. A Critical Edition, Kutzinski, Vera M.; Ette, Ottmar (eds.), Chicago/London: The University of Chicago Press, 2011, pp. 6695, p. 68.

49 En la primera traducción al alemán, la de 18151831 (esta traducción usan los editores de los siete tomos de 1992: Humboldt, Alexander von, Cuba-Werk. Ed. y com. de Beck, Hanno; Grün, W.-D. et al, Darmstadt: Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1992 (Alexander von Humboldt Studienausgabe, 7 tomos. vol. III), Humboldt habla de “schwarze Menschen” (hombres negros) y “Neger” (negros), ver: Humboldt, Alexander von, “[Über das Sklavenwesen]”, en: Humboldt, Cuba-Werk …, [1992 [1831]], pp. 154169, p. 155. En la más reciente versión alemana los traductores utilizan también “schwarze Menschen”, ver: Humboldt, Alexander von, Politischer Versuch über die Insel Kuba … [2024], pp. 176188, p. 177. En el original francés de 1826, Humboldt habla de “noirs” (negros), ver: Humboldt, Essai Politique sur l’Ile de Cuba, 1826, t. 1, pp. 305–336, p. 306 y 308. En la versión moderna (de hoy) en inglés los traductores hablan de “black people”, ver: Humboldt, “black people” [I. 308], en: Humboldt, Alexander von, Political Essay on the Island of Cuba, p. 143; en la traducción original al español de 1827 el traductor habla de “negros”, ver: Humboldt, “DE LA ESCLAVITUD”, pp. 299–312, p. 299 y 301. En las traducciones modernas de hoy, hechas en España, se hablan también de “negros”, en la traducción al alemán la traductora utiliza la palabra “Schwarze” (que son “negros” en castellano y “blacks” en inglés): Humboldt, Alexander von, “Über die Sklaverei”, en: Humboldt, Alexander von, Politischer Essay über die Insel Kuba, Prüfer Leske, Irene (ed. y trad.), Alicante: Editorial Club Universitario, 2002, pp. 179191, p. 179; en español es “negro”: Humboldt, Alejandro de, “Capítulo V Sobre la esclavitud”, en: Humboldt, Alejandro de, Ensayo Político sobre la Isla de Cuba (1826). Traducción y edición de Martí Marco, María-Rosario; Prüfer Leske, Alicante: Universidad de Alicante, 2004, pp. 175185, p. 175.

50 Batiuk, Elizabeth Kimzey, “‘Bailo Desafiando al Hombre’: Isnavi Cardoso Díaz Performing the Politics of Culture in Cuban Columbia”, en: Music & Politics Vol. 14:1 (Winter 2020) (access: https://quod.lib.umich.edu/m/mp/)(https://doi.org/10.3998/mp.9460447.0014.101 [17 de octubre de 2024]); Wirtz, Kristina, Performing Afro-Cuba: Image, Voice, Spectacle in the Making of Race and History, Chicago: University of Chicago Press, 2014.

51 López Chávez, América Nicte-Ha, “La invisibilización de la población afrodescendiente durante la construcción del Estado Nación en México”, en: Revista de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales Vol. 3:1, Número 3 (2014), pp. 54–74; Martínez Maldonado, José Luis, “Afrodescendientes en México”, in: Diario de Campo, Cuarta Época, Ano 2, núm. 5 (Mayo–Agosto 2018 (= Dossier: Nombrar y contar. Visibilidad estadística de las poblaciones afromexicanas, ed. Iturralde Nieto, Gabriela)), pp. 119136; López Chávez, “La movilización etnopolítica afromexicana de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca: logros, limitaciones y desafíos”, en: Perfiles Latinoamericanos Vol. 26, no. 52 (2018), pp. 1–33, DOI: https://doi.org/10.18504/pl2652-010-2018 [18 de febrero de 2023]; Wade; Scorer, James; Aguiló, Ignacio (eds.), Cultures of Anti-Racism in Latin America and the Caribbean, London: University of London Press/Institute of Latin American Studies, School of Advanced Study, 2019; Cham, Gerardo; Fregoso, Gisela C.; Raussert, Wilfried; Rey, Nicolas (eds.), Afros al frente: racismo, resistencia y lucha, Buenos Aires: CLACSO/Guadalajara CALAS, 2024.

52 Andrews, George Reid, Blacks and whites in São Paulo, Brazil, 18881988, Madison: University of Wisconsin Press, 1991; Andrews, Afro-Latin America, 1800–2000, New York: Oxford University Press, 2004.

53 Rama, Carlos M., Los Afro-Uruguayos, Montevideo: Siglo Ilustrado, 1967; Rosal, Miguel Ángel, Africanos y afrodescendientes en Buenos Aires (siglos XVI–XVII). Esbozo de un estudio sobre fuentes inéditas y publicadas del Archivo General de la Nación, Saarbrücken: Editorial Acádemica Española, 2016; Frega, Ana; Duffau, Karla Chagas; Stalla Natalia (coords.), Historia de la población africana y afrodescendiente en Uruguay, Montevideo: Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República, 2020; Burgos Cantor, Roberto (ed.), Rutas de libertad: 500 años de travesía, Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2010; Cohen, Theodore W., Finding Afro-Mexico: Race and Nation after the Revolution, New York: Cambridge University Press; 2020; Pisano, Pietro, “Movilidad social e identidad “negra” en la segunda mitad del siglo xx”, en: Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura Vol. 41:1 (ENE.JUN. 2014), pp. 179199; Rivas Armas, Diónys Cecilia, “Caminando la huella ancestral africana: ‘aportes al estudio de la identidad cultural afrovenezolana’”, en: Humania del Sur Año 16, no. 31 (Julio–Diciembre, 2021), pp. 227–250; Laó Montes, Agustín, “Hacia una cartografía del campo político afrodescendiente en las Américas”, en: Casa de las Américas núm. 264 (julio–septiembre de 2011), pp. 16–38; Laó Montes, Agustín, “Hacia una cartografía del campo político afrodescendiente en las Américas”, en: Casa de las Américas núm. 264 (julio–septiembre de 2011), pp. 16–38; Restrepo, Eduardo, “¿Negro o afrodescendiente? Debates en torno a las políticas del nombrar en Colombia”, en: PerspectivasAfro Vol. 1:1 (2021), pp. 5–32, DOI: https://doi.org/10.32997/pa-2021-3541.

54 Edwards, Erika Denise, Hiding in Plain Sight: Black Women, the Law, and the Making of a White Argentine Republic, Tuscaloosa: University of Alabama Press, 2020; véase también (para la Nueva España temprana): Valerio, Miguel A., Sovereign Joy. Afro-Mexican Kings and Queens, 15391640, Cambridge UK/New York, 2022.

55 Velázquez Gutiérrez, “Entre liberté et esclavage: des frontières poreuses. Mexico, XVe–XVIIIe siècle”, pp. 159164; Velázquez, María Elisa, “Experiencias de esclavitud feminina: africanas, afrodescendientes e indígenas en el México virreinal”, pp. 243–266; Johnson, Jessica Marie, Wicked Flesh: Black Women, Intimacy, and Freedom in the Atlantic World, Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 2020 (Early American Studies).

56 Ver las imágenes en: Niell, Paul B., “El Templete: Civic Monument, African Significations, and the Dialectics of Colonial Urban Space in Early Nineteenth-Century Havana, Cuba”, en: Les Cahiers d’Afrique de l’Est/The East African Review 51 (2016), pp. 129149 [En ligne] mis en ligne le 07 mai 2019, consulté le 29 juin 2024: http://journals.openedition.org/eastafrica/323, DOI: https://doi.org/10.4000/eastafrica.323.

57 Cope, Douglas, The Limits of Racial Domination: Plebeian Society in Colonial Mexico, Madison: University of Wisconsin Press, 1994.

58 Véase para Oaxaca en Nueva España: Smith, Sabrina, “African-Descended Women: Power and Social Status in Colonial Oaxaca, 16601680”, en: The Americas Vol. 80:4 (Oct. 2023), pp. 569–598.

59 Estaba Amaiz, “Esclavitud y origen africano: Ideología y control social de las gentes de color en el circumcaribe hispano”, pp. 199–218.

60 Piqueras, José Antonion; Balboa Navarro, Imilcy (eds.), Gente de color entre esclavos, Granada: Editorial Comares, 2019.

61 Slemian, Andréa; Thibaud, Clément, “Indépendance du Brésil ou des Brésils ? Unité et diversité dans la construction d’un Empire en Amérique au début du XIXe siècle”, en: Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En ligne], Débats, mis en ligne le 09 février 2013, [17 de febrero de 2023], http://journals.openedition.org/nuevomundo/64747, DOI: https://doi.org/10.4000/nuevomundo.64747.

62 Se puede encontrar un buen panorama de la historiografía de “Afro” desde una perspectiva brasileña: Brasil, Eric; Canelas, Leticia G., “Apresentação do Dossiê: Afro-Américas”, en: Revista Eletrônica da ANPHLAC Nº. 27 (Ago./Dez., 2019), pp. 111, https://doi.org/10.46752/anphlac.27.2019.3449 [2 de septiembre de 2023].

63 Röhrig Assunção, Matthias, Capoeira. The History of an Afro-Brazilian Martial Art, London & New York: Routledge, 2005 (Sport in the Global Society; 45); como se trata de un historiador hay también, claro, la diferenciación tanto en África como en Brasil: Röhrig Assunção, “Angola in Brazil. The Formation of Angoleiro Identity in Bahia”, en: Araujo (ed.), African Heritage and Memory of Slavery in Brazil and the South Atlantic World, Amherst: Cambria Press, 2015, pp. 109148; Brasil, Eric; Canelas, Leticia G., “Apresentação do dossiê: Afro-Américas”, en: Revista Eletrônica da ANPHLAC Nº. 27 (Ago./Dez., 2019), pp. 111, https://doi.org/10.46752/anphlac.27.2019.3449 [5 de octubre de 2023].

64 García, Jesús, África en Venezuela, Caracas: Cuadernos Lagoven, 1990; García, Jesús (Chucho), La diáspora de los kongos en las Américas y los Caribes, Caracas: Fundación Afroamérica-CONAC-UNESCO, 1995; Ramos Guédez, José Marcial, Contribución a la historia de las culturas negras en Venezuela colonial, Caracas: Fondo Editorial del IPASME, 2008 (2nda edición). Además las provincias de Caracas, Cartagena, Panamá, Portobelo y Cartago así como muchas otras que no eran parte del Caribe insular y plantacionista, tenían sus especialidades socioraciales; ver: Estaba Amaiz, Roraima, “Esclavitud y origen africano: Ideología y control social de las gentes de color en el circumcaribe hispano”, pp. 199–218.

65 Para la dimensión histórica e historiográfica: Röhrig-Assunção, Matthias; Zeuske, Michael, “Race”, Ethnicity and Social Structure in 19th Century Brazil and Cuba”, pp. 375443. Para la dimensión de hoy: Nascimento, Alessandra Santos; Fonseca, Dagoberto José, “Classificações e identidades: mudanças e continuidades nas definições de cor ou raça”, en: Petrucelli, José Luis; Saboia, Ana Lucia (orgs.), Características Étnico-raciais da População: Classificações e identidades, Rio de Janeiro: Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE), 2013, pp. 5182, https://web.archive.org/web/20140514090334/http://www.ibge.gov.br/home/estatistica/populacao/caracteristicas_raciais/pcerp_classificacoes_e_identidades.pdf [25 de enero de 2023].

66 Pazos Pereira, Carolina, “A busca por ‘um escravo [de] nome Laudelino’ possibilidades de fazer História entre oralidade, o arquivo e a etnografía”, en: Afro-Ásia, n. 68 (2023), pp. 81132.

67 Turits, Richard Lee, “Raza, Esclavitud y Libertad en Santo Domingo”, en: Debate y Perspectivas: Cuadernos de Historia y Ciencias Sociales 4 (2004), pp. 6988; Bourgeois, Catherine, “Dis-moi quelle est la couleur de ta peau et je te dirai qui tu es”, en: Civilizaciones 62 (2013), pp. 31–50, http://journals.openedition.org/civilisations/3335, DOI: https://doi.org/10.4000/civilisations.3335.

68 Oslender, Ulrich, “Historical Geographies of Resistance and Convivencia in the Pacific Lowlands”, en: Oslender, Ulrich, The Geographies of Social Movements: Afro-Colombian Mobilization and the Aquatic Space, Duke University Press: 2016 (New Ecologies for the Twenty-First Century), pp. 92134; Restrepo, Eduardo, “¿Negro o afrodescendiente? Debates en torno a las políticas del nombrar en Colombia”, pp. 5–32.

69 Price, Richard, Alabi’s world, Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1990 (Johns Hopkins studies in Atlantic history and culture); Price, Richard (ed.), Maroon Societies: Rebel Slave Communities in the Americas, Baltimore: Johns Hopkins University Press, ²1979 (new edition: Price (ed., with a new preface), Maroon Societies: Rebel Slave Communities in the Americas, Boston: The Johns Hopkins University Press, 1996); Price (comp.), Sociedades cimarronas. Comunidades esclavas rebeldes en las Américas, México: Siglo Veintiuno XXI Editores, 1981 (Colección América nuestra; 33: América colonizada); Price; Price, Sally, Stedman’s Surinam. Life in an Eighteen-Century Slave Society, Boston: Johns Hopkins University Press, 1992; ver también: Childs, Gregory, “Conspiracies, Seditions, Rebellions: Concepts and Categories in the Study of Slave Resistance”, en: Blain, Keisha N.; Cameron, Christopher; Farmer, Ashley (eds.), New Perspectives on the Black Intellectual Tradition, Evanston: Northwestern University Press, 2018, pp. 217–251; Moomou, Jean (ed.), Sociétés marronnes des Amériques. Mémoires, patrimoines, identités et histoire XVIIe au XXe siècles, Matoury (Guyane): Ibis Rouge, 2015.

70 Price, Richard, “The Miracle of Creolization”, en: Yelvington, Kevin A. (ed.), Afro-Atlantic Dialogues. Anthropology in the Diaspora, Santa Fe; Oxford: School of American Research Press; James Currey, 2006, pp. 115147.

71 Guridy, Frank; Hooker, Juliet, “Currents in Afro-Latin American Political and Social Thought”, en: Fuente; Andrews (eds.), Estudios afrolatinoamericanos: una introducción …, pp. 179–221; Nwankwo, Ifeoma, Black Cosmopolitanism: Racial Consciousness and Transnational Identity in the Nineteenth-Century Americas, Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 2014; Raussert, Wilfried; Steinitz, Matti (eds), Black Power in Hemispheric Perspective: Movements and Cultures of Resistance in the Black Americas; New Orleans/Trier: WVT/New Orleans University Press, 2022.

72 Arnedo-Gómez, Miguel, “The Afrocubanista Poetry of Nicolás Guillén and Ángel Rama’s Concept of Transculturation”, en: Afro-Hispanic Review Vol. 26:2 (2007), pp. 9–25, http://www.jstor.org/stable/23054617 [7 de septiembre de 2023]; Arnedo-Gómez, Miguel, “Uniting Blacks in a Raceless Nation: Afro-Cuban Reformulations of Afrocubanismo and Mestizaje in 1930s Cuba”, en: Journal of Iberian and Latin American Studies Vol. 18:1 (2012), pp. 33–59.

73 Carbonell, Walterio, Crítica, cómo surgió la cultura nacional, La Habana: Ediciones Yaka, 1961. Sobre el destino de Carbonell, véase: Fernández Robaina, Tomás, “Walterio Carbonell (1924–2008)”, en: Fernández Robaina, El negro en Cuba. Colonia, República, Revolución, La Habana: Ediciones Cubanas, Artex, 2012, pp. 96104; Fernández Robaina, “For My Teacher, Walterio Carbonell”, en: Zanj: The Journal of Critical Global South Studies Vol. 4:1 (November 2022), pp. 21–26.

74 Romay, Zuleica, “Raza e identidad”, en: Romay, Elogio de la altea o las paradojas de la racialidad, La Habana: Fondo Editorial Casa de las Américas, 2014, pp. 139195, aquí pp. 175176.

75 Zeuske, Michael, “Legados de la esclavitud y afrodescendientes en Cuba, Puerto Rico y el Caribe”, en: Burchardt, Hans-Jürgen (coord.), (Post)colonialismo a prueba. Cuba, Puerto Rico y las Filipinas desde una perspectiva comparada, México: Editorial Gedisa, 2021, pp. 391415.

76 Ródriguez-Mangual, Edna M., Lydia Cabrera and the Construction of an Afro Cuban Cultural Identity, Chapel Hill: The University of North Carolina Press, 2004.

77 Barnet, Miguel, Biografía de un cimarrón, La Habana: Instituto de Etnología y Folklore, 1966; Zeuske, Michael, “The Cimarrón in the Archives: A Re-Reading of Miguel Barnet’s Biography of Esteban Montejo”, en: New West Indian Guide/Nieuwe West-Indische Gids, vol. 71, no. 3 & 4 (1997), pp. 265–279; Laviña, Javier; Ruiz-Peinado, José Luis, Resistencias esclavas en las Américas, Aranjuez (Madrid): Doce Calles, 2006.

78 Batrell, Ricardo, A Black Soldier’s Story: The Narrative of Ricardo Batrell and the Cuban War of Independence, edited and translated by Mark A. Sanders, Minneapolis: University of Minnesota Press, 2010.

79 Es difícil localizar el original de esta comunicación entre Du Bois y un tal Roland A. Barton en la revista de la NAACP, The Crisis. Por lo tanto, cito aquí (parcialmente) de: Du Bois, William E. B., “The Name ‘Negro’” (Letter, March, 1928), en: Teaching American History, https://teachingamericanhistory.org/document/the-name-negro/ [ 17 de febrero de 2023]: “Get this then, Roland, and get it straight even if it pierces your soul: a Negro by any other name would be just as black and just as white; just as ashamed of himself and just as shamed by others, as today. It is not the name – it’s the Thing that counts. Come on, Kid, let’s go get the Thing!”. Ver también: Geneste, Elsa; Testa, “Nominations et dénominations des Noirs”, en: Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En ligne], Débats, mis en ligne le 19 décembre 2009, http://journals.openedition.org/nuevomundo/58143, DOI: https://doi.org/10.4000/nuevomundo.58143 [30 de enero de 2023].

80 Lao-Montes, Agustín, “Hacia una cartografía del campo político afrodescendiente en las Américas”, en: Revista de la Casa de las Américas, Nº 264, 2011, pp. 16–38.

81 Pérez, Berta E.; Ugueto-Ponce, Meyby; Estraño, Karina, “Más allá de las huellas de africanía”, en: Arocha Rodríguez, Jaime (coord.), Nina S. de Friedemann: cronista de disidencias y resistencias, Bogota: UNC/CES/UNESCO/Programa La Ruta del Esclavo, 2009, pp. 267–285 y 268, FN 1.

82 Serna Herrera, Juan Manuel de la; Ebergenyi, Ingrid; Chacón Fregoso, Gina, “El rostro de una región. Los descendientes de africanos en la Costa Chica”, en: Espinoza Cortés, Luz María; Serna Herrera (coords.), Raíces y actualidad de la afrodescendencia en Guerrero y Oaxaca, México: Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán/Universidad Nacional Autónoma de México/Plaza y Valdés, 2012, pp. 197–217; Lefèvre, Sébastien; Mvengou Cruzmerino, Paul, “Propuestas para una “relectura” trasatlántica afrodiaspórica de las Américas negras a partir del caso mexicano”, en: Márquez, Flor; Pérez-Wilke, Inés; Cobos, Eduardo (coords.), Nuestra América Negra. Huellas, rutas y desplazamientos de la afrodescendencia, Caracas: Ediciones de la Universidad Bolivariana de Venezuela, 2016 (Colección Identitaria), pp. 544. Ver también, para un público mayor: Velázquez, María Elisa; Iturralde Nieto, Gabriela, “La Costa Chica de Guerrero y Oaxaca”, en: Velázquez; Iturralde Nieto, Afrodescendientes en México. Una historia de silencio y discriminación, México, D.F.: Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, 2012, pp. 1822; Velázquez; Iturralde Nieto, “Acapulco y la Costa Grande”, en: ibíd, pp. 23–24; Velázquez; Iturralde Nieto, “Veracruz también es el Caribe”, ibíd., pp. 25–27; Velázquez; Iturralde Nieto, “Mascogos de Coahuila”, en: ibíd., pp. 2831.

83 Wade, Peter, “Población negra y la cuestión identitaria en América Latina”, pp. 117137.

84 Fuente, Alejandro de la; Andrews, George Reid, “Los estudios afrolatinoamericanos, un nuevo campo”, pp. 11–37.

85 Andrews, George Reid, “Introducción”, pp. 17–27.

86 Ramos Guédez, José Marcial, El trabajo de esclavos negros en el valle de Caracas y zonas adyacentes en el siglo XVIII, Bogotá: s.n., 1988 (Original 1976); Ramos Guédez, José Marcial, El negro en Venezuela: aporte bibliográfico, Caracas: Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y Servicios de Bibliotecas; Gobierno del Estado Miranda, 1985; Ramos Guédez, José Marcial, “José Rivas Pacheco, un negro de 124 años de edad: esclavo, soldado y peón”, en: Ramos Guédez, José Marcial, Contribución a la historia de las culturas negras en Venezuela colonial, Caracas: Instituto Municipal de Publicaciones; Alcaldía de Caracas, 2001, pp. 267–271; Ramos Guédez, José Marcial, “Bibliografía afrovenezolana 1976–2001“, en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia, tomo LXXXVI, no. 342 (2003), pp. 175181; Pérez Sarduy, Pedro; Stubbs, Jean, “Introducción: Race and the Politics of Memory in Contemporary Black Cuban Consciousness”, en: Pérez Sarduy, Pedro; Stubbs, Jean (eds.), Afro-Cuban Voices: On Race and Identity in Contemporary Cuba, Gainesville: University Press of Florida, 2000, pp. 1–38; García, Jesús Chucho, Afroamericano soy, Caracas, 1992; Mendoza, Irma Marina; Ramos Guédez, José Marcial; Vannini de Gerulewicz, Marisa, García Jesús (eds.), Resonancias de la Africanidad, Caracas: Fondo editorial IPASME, 2007; Garcia, Jesus “Chucho”, “Encuentro y desencuentros de los ‘saberes’ en torno a la africanía ‘latinoamericana’”, en: Mato, Daniel (ed.), Cultura, política y sociedad Perspectivas latinoamericanas, Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, 2005, pp. 359–377.

Creative Common License

Dieses Werk steht unter der Lizenz Creative Commons Namensnennung - Nicht-kommerziell 4.0 International.

HiN - Alexander von Humboldt im Netz wird herausgegeben von der Universität Potsdam und der Berlin-Brandenburgischen Akademie der Wissenschaften.

ISSN 1617-5239 (online)

ISSN 2568-3543 (print)