Ottmar Ette
Alexander von Humboldts Manuskript „Isle de Cube. Antilles en général“ lässt sich als Titel für ein ganzes Text-Archipel begreifen. Es fasziniert durch seine radikal offene Strukturierung und liefert uns eine Vorstellung vom Schreib- wie vielleicht mehr noch vom Denkmodell des Kultur- und Naturforschers. Die politische und soziale Komplexität der karibischen Inselwelt erfassen seine Textminiaturen relational und viellogisch. Sie machen ihn – zusammen mit seinen kubanischen Karten und dem Essai politique sur l’île de Cuba – zu einem bedeutenden kubanischen Schriftsteller des 19. Jahrhunderts.
Alexander von Humboldt’s manuscript “Isle de Cube. Antilles en général” can be read as the title of an entire archipelago of texts. Its radically open design is intriguing and gives us a sense of the ways in which this explorer of culture and nature modelled his writing but even more his thinking. His text miniatures encompass the political and social complexity of the Island World of the Caribbean in a relational and polylogical way. In combination with his Cuban maps and the Essai politique sur l’île de Cuba, this manuscript gives Humboldt a prominent place in Cuba’s 19th century literature.
El manuscrito “Isle de Cube. Antilles en général” de Alejandro de Humboldt se puede comprender como el título para todo un archipiélago de textos. Su estructuración radicalmente abierta nos proporciona la idea de un modo de escribir y más aún de pensar de este explorador de cultura y naturaleza. Sus miniaturas textuales registran la complejidad política y social del mundo insular del Caribe de forma relacional y polilógica. En combinación con sus mapas cubanos y el Essai politique sur l’île de Cuba, este manuscrito hace de Humboldt un escritor prominente de la literatura cubana del siglo XIX.
Sin lugar a dudas, Alexander von Humboldt es un escritor cubano.1 O, por lo menos se puede leer como uno. Su escritura introduce un siglo largo y muy fecundo de literatura cubana que, bajo el signo del exilio y un movimiento transareal intensificado, se constituye como una literatura sin residencia fija y culmina con las obras de Julián del Casal, José Martí y Juana Borrero en las postrimerías del siglo XIX.2
Así, no causa sorpresa que el novelista, ensayista y poeta doctus Alejo Carpentier eligiera para su declaración de amor literaria3 a Cuba a manera de íncipit aquella descripción de la entrada al puerto de La Habana que Alexander von Humboldt incluyera en el capítulo 28 del famoso diario de viaje en su Relation historique. Este capítulo del informe inconcluso publicado en París en lengua francesa entre noviembre de 1814 y abril de 1831 acerca de su viaje de exploración americano aparece en el tercer y último tomo de la Relation historique y se editó paralelamente al informe de viaje como separata bajo el título Essai politique sur l’île de Cuba en 1826. La llegada al puerto de La Habana que Humboldt pudo disfrutar por primera vez el 19 de diciembre de 1800, la supo poner en escena el escritor prusiano de manera realmente espectacular y como en un travelling cinematográfico:
L’aspect de la Havane, à l’entrée du port, est un des plus rians et des plus pittoresques dont on puisse jouir sur le littoral de l’Amérique équinoxiale, au nord de l’équateur. Ce site, célébré par les voyageurs de toutes les nations, n’a pas le luxe de végétation qui orne les bords de la rivière de Guayaquil, ni la sauvage majesté des côtes rocheuses de Rio Janeiro [sic!], deux ports de l’hémisphère austral: mais la grâce qui, dans nos climats, embellit les scènes de la nature cultivée, se mêle ici à la majesté des formes végétales, à la vigueur organique qui caractérise la zone torride. Dans un mélange d’impressions si douce, l’Européen oublie le danger qui le menace, au sein des cités populeuses des Antilles; il cherche à saisir les éléments divers d’un vaste paysage, à contempler ces châteaux forts qui couronnent les rochers à l’est du port, ce bassin intérieur, entouré de villages et de fermes, ces palmiers qui s’élèvent à une hauteur prodigieuse, cette ville à demi cachée par une forêt de mâts et la voilure des vaisseaux.4
Parece como si se originase desde la perspectiva del viajero, que por primera vez arriba al puerto de la Habana y retrata este lugar de actividad global a partir del movimiento, un paisaje de la teoría5 elaborado con enorme destreza técnico-narrativa, en el que se vinculan entre sí la naturaleza y la cultura, la isla y el mundo, así como las dimensiones hemisféricas y las transoceáncias. Se escenifica y desenvuelve en siempre nuevas perspectivas una ciencia a partir del movimiento, la ciencia humboldteana transdisciplinaria. Se van perfilando cada vez más relaciones nuevas, siempre nuevas reciprocidades globales: entre Europa y América, entre climas calurosos y templados, entre el hemisferio del norte y del sur, entre tierra y mar, entre europeos y antillanos, entre ciudad y campo, entre árboles y mástiles de embarcaciones e incluso se pueden entrever (aunque parcialmente ocultas) entre gente libre y esclavos en las Antillas. Alejo Carpentier celebra el íncipit tanto poético como poetológico al plasmar este diseño literario-científico al inicio de su «Ciudad de las columnas».
Que Cuba era una isla global conectada transarchipiélicamente con las Canarias, las Islas de Cabo Verde y las Filipinas lo había interiorizado Alexander von Humboldt mejor que todos los demás contemporáneos, lo que hizo que se convirtiera en el probablemente primer teórico de la globalización. El que supo identificar la condición de extrema presión a la que estaba expuesta la isla bajo esta relacionalidad global fue el poeta y ensayista José Martí, el pensador más destacado de la tercera fase de globalización acelerada, quien se vio en la necesidad de hacer públicas las pertinentes deducciones teórico-culturales, políticas y sociales. Especialmente porque Cuba ocupó tanto en la primera, como en la segunda y la tercera fase de globalización acelerada6 el papel de global player, aunque siempre fue juguete que se encontraba a merced de las potencias de cada una de las fases de globalización. A partir de 1492, la isla se convirtió en un espacio de movimiento de una globalización densificadísima.
Todo esto sale ya a la luz en los mapas de la isla de Cuba en el contexto de las tempranas cartografías del Caribe. La primera representación individual de la más extensa de las islas antillanas no es más que un libre invento italiano del año 1528. En su famoso islario7, el veneciano Benedetto Bordone, oriundo de Padua, imaginaba una enorme isla con los contornos de un cocodrilo que no tienen ninguna similitud con las condiciones prevalecientes en el espacio y la naturaleza calcada y lo mismo vale para la composición gráfica del interior de la isla, que más bien remite a paisajes italianos. Sin embargo, el miniaturista y cartógrafo logra caracterizar perfectamente bien la isla de Cuba con sus redes de vínculos mundiales a escala global como un espacio de movimiento que pronto se convertirá en punto de cruce de las rutas transatlánticas y transpacíficas. En el Libro di Benedetto Bordone nel qual si ragiona de tutte l’Isole del mondo, el islario se convierte en imaginario, en superficie de proyección de potencias para las que la isla sería de vital importancia política, militar y además económica. Esto lo muestra también y precisamente la comparación entre la representación de mapas monográficos y el cuadro de la isla que Benedetto Bordone incluyó en su mapamundi: El cuadro-isla de Cuba desde un inicio estaba conectado con el resto del mundo.
La ubicación geoestratégica de Cuba además ya se había puesto de relieve en 1500 a través del mapamundi de Juan de la Cosa, hoy día famoso, pero por largo tiempo mantenido en secreto. Ninguna de las islas de las Antillas ha sido reproducida en sus contornos con mayor (y hasta en la actualidad fascinante) precisión que la isla de Cuba, cuya posición clave en la boca del Golfo de México ya se podía reconocer allí. La Carta del famoso navegante y cartógrafo español nos confronta con aquella colocación específica de Cuba en la red cartográfica extendida desde Europa sobre todo el mundo; una posición geopolítica que determinará el destino de la isla en su relación con el resto de las Antillas en las diferentes fases de globalización acelerada. El cuadro de la isla de Cuba que efectuara Juan de la Cosa es ya un cuadro en movimiento (Bewegungs-Bild) en el campo de tensiones entre Europa, África y el naciente «Nuevo Mundo».
Trescientos años después del mapamundi de Juan de la Cosa, Alexander von Humboldt entra acompañado por Aimé Bonpland en aquel puerto de la Habana, al que en sus representaciones cartográficas de la isla le concede un rol especial. Los dos mapas de la isla de Cuba que Alexander von Humboldt le añadió a su Atlas géographique et physique des régions équinoxiales du Nouveau Continent y con ello a su obra de viaje por América, nos presentan el fragmento rectangular de una isla, que a primera vista parece haber sido recortada del conjunto de islas caribeñas y los márgenes de tierra firme. Se le relaciona directamente con el ya mencionado Essai politique sur l’île de Cuba8, que apareciera por separado en dos tomos en Paris en 1826. La representación cartográfica insinúa al igual que la publicación por separado del Essai politique (paralelamente al Essai politique acerca del naciente México), que el escritor y erudito prusiano veía a la isla ya como una unidad protonacional y, a raíz de su importancia global, quería que así se le viera. Isla-texto e isla-cuadro los considera siempre en una relación recíproca estrechísima – y a la vez en el antaño tan avanzado nivel de reflexión científica de aquella época.
Si se comparan los dos mapas del Atlas géographique et physique con las representaciones que acompañan por ejemplo La Histoire philosophique et politique des établissements et du commerce des Européens dans les deux Indes – aquella voluminosa enciclopedia colonial de Guillaume-Thomas Raynal que después de su primera publicación en 1770 se convirtiera en la obra más comprada del Siglo de las Luces – se pone de manifiesto el enorme progreso de los mapas de Humboldt de 1820 y 1826 en cuanto a sus técnicas de representación, la precisión de sus mediciones astronómicas y las indicaciones de lugar, así como también el amor al detalle en cuanto a la visualización cartográfica. El mapa de 1826 es un trabajo revisado y en muchos puntos minuciosamente corregido, en el que encuentran cabida los datos novedosos y novísimos del work in progress de Alexander von Humboldt. Así, se registran los emplazamientos de plantaciones a base de esclavos con las que la oligarquía lugareña comenzaba a jugar un papel cada vez más importante en el mercado mundial precisamente después de la revolución en el vecino Santo Domingo o Haití.
Humboldt no solamente pretendía mejorar considerablemente el perfil de las sierras, efectuar añadiduras a notas faltantes o erróneas o ligeras correcciones a los cálculos astronómicos que obtuvo también gracias a indicaciones adicionales, así como mediciones o rectificaciones ajenas, sino que quería ofrecer una representación realmente compleja de la isla que se desarrollaba por el puerto principal de La Habana tanto transarchipiélica como transarealmente en su multirelacionalidad económica, social y política. El cuadro-isla tenía que corresponder al texto-isla.
No obstante, todas estas dimensiones se encuentran ya en su esencia en un manuscrito descubierto por Ulrike Leitner en el legado de Alexander von Humboldt que se encuentra en la Biblioteca Jagiellońska en Cracovia y que se presentara por vez primera como edición pionera en una impresión digital del proyecto académico sobre Alexander von Humboldt de la Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften bajo el título Isle de Cube. Antilles en général en la colección edition humboldt digital.9 Ya desde el título este manuscrito de una extensión de 37 páginas que, claro está, es una creación de Humboldt, pone de manifiesto que la isla no se puede pensar sin el contexto del archipiélago y por ende, tampoco sin sus relaciones globales.
La importancia especial de la isla de Cuba para el viaje de exploración a los trópicos americanos (1799–1804) sale a flote ya en el hecho de que Humboldt y Bonpland viajaran dos veces a la más grande de las islas Antillas. La entrada al puerto de la Habana citada al inicio introduce la primera estancia que comienza el 19 de diciembre de 1800 y termina casi tres meses después el 15 de marzo de 1801. Si esta primera experiencia cubana es la continuación a su estancia en la costa norte de Sudamérica, en Caracas y sobre todo al gran viaje por los sistemas pluviales del Orinoco y del Amazonas, la segunda estadía en la isla del 19 de marzo hasta el 29 de abril de 1804 se convertirá en el colofón de todo el viaje de exploración. A las seis semanas que Humboldt y Bonpland permanecerán en Cuba solamente le agregarán un corto viaje a Philadelphia y Washington. La segunda estancia le servirá a Humboldt para salvaguardar todos sus materiales y documentos de una incautación española y continuar su viaje de retorno a Europa.
El manuscrito que a continuación merecerá toda nuestra atención, Isle de Cube. Antilles en général, se inició durante la segunda y corta estancia en un momento en que Humboldt ya tenía una visión de conjunto de su Viaje a las regiones equinocciales, en que comenzaba a clasificar y ordenar sus colecciones y anotar densa y concisamente en unas cuantas páginas todo lo que podría ser de importancia con miras a posteriores publicaciones sobre Cuba y las Antillas. Un examen más detenido de los apuntes de Humboldt en esta parte de sus Diarios de viaje americanos prueban sin lugar a la dudas, que el explorador de la naturaleza y la cultura prusiano como siempre incluyera, incluso décadas más tarde, suplementos, anotaciones, actualizaciones o correcciones en su manuscrito, por lo que resulta una estructuración abierta de estas páginas, que rebasan la forma original de un diario de viaje y además, se extienden allende el corto período de tiempo del año 1804.
La diferencia de la contextualización entre ambas estancias en Cuba del equipo de exploración alemano-francés, a la que el mismo Humboldt también hiciera referencia10, llevó a que las impresiones del primer viaje a la isla (puestas en el papel en otra parte de los Diarios de viaje americanos) se distinguieran mucho de las de la segunda estadía. Si después del agotador viaje por el Orinoco, los dos exploradores percibieron la Habana como un espacio muy agradable con todas las posibilidades de esparcimiento intelectual, en su segunda estadía después de haber permanecido largo tiempo en la ciudad de México, capital de la Nueva España, la Habana se presentaba más bien provincial y, a raíz de la falta de instituciones científicas de renombre, más bien estrecha de mente. Con cierta aversión, Humboldt anotó que aquí todas las conversaciones giraban en torno a la esclavitud: «A la Havane toutes les conversations roulent autour du grand problème de faire avec moins de Nègres le plus de pains de sucre en un jour»11. Sin embargo, esto no significaba necesariamente que el interés de Humboldt por la isla en el trópico americano hubiera disminuido: el caso fue todo lo contrario.
Si analizamos con mayor detenimiento la forma de escribir y la estructuración de Isle de Cube. Antilles en général, se pone de relieve la forma en que este texto se inscribe en las grandes líneas de los Diarios de viaje americanos, los Amerikanische Reisetagebücher. A lo largo del texto, tal y como sucede también en otras partes de sus manuscritos de viaje, faltan por completo las clasificaciones cronológicas, históricas, científicas o de disciplina, temáticas o de contenido. Por el otro lado, tampoco es posible tachar a simple vista de caótica la composición de los materiales, ya que se logran encontrar sistemas de clasificación que Alexander von Humboldt empero no seguía siempre al pie de la letra. Desde el punto de vista de género no se trata de un diario íntimo ni de un relato literario de viaje, tampoco de una representación histórica por ejemplo de la isla de Cuba, ni de un tratado en que se trabajan por separado las diferentes disciplinas o de una simple colección de temas y materiales. El texto no puede ser reducido a una sola de estas funciones y asombra por su estructuración radicalmente abierta.
Alexander von Humboldt no solamente analiza las islas en este texto, sino que también escribe en forma de islas. Esto significa que – tal y como lo practicara también en otras partes de sus Diarios de viaje americanos – crea áreas de texto individuales que forman hileras discontinuas y no se encuentran en una continuidad abarcadora. Más bien se caracteriza la escritura de Humboldt por su proceder discontinuo en tanto las partes de texto «fragmentadas», separadas las unas de las otras, están unidas de manera relacional como las islas de un archipiélago. Esta relacionalidad o polirelacionalidad puede considerarse una característica del Humboldtian Writing no-lineal y discontinuo. Tal y como sucede con otros textos-isla salidos de su pluma, Humboldt le pone un título a Isle de Cube que, en vista de la longitud de este texto dividido en muchas diferentes partes se puede comprender en tanto título para todo un texto-archipiélago.
El texto no conforma un fragmento o un conjunto de fragmentos, ya que Isle de Cube no es un pedazo, una parte de una obra mayor, sino que más bien representa en sí mismo un modelo de escritura ampliable que se basa en relaciones de similitud. Isle de Cube. Antilles en général no es por lo tanto un fragmento de una unidad mayor, sino un fractal: conforma, con base en la multirelacionalidad y autosemejanza, un modelo que nos ofrece al mismo tiempo una imagen del modelo de escritura y quizás más aún, un modelo de pensamiento de Alexander von Humboldt. Este modelo de reflexión es de carácter profundamente relacional y no se orienta en cadenas causales sencillas, sino en campos de factores polilógicos, que interactúan recíprocamente y corresponden completamente al axioma fundamental de Humboldt: “Todo es reciprocidad (Alles ist Wechselwirkung).”12 No hay nada en esta obra y en este pensamiento que se mantenga sin relacionarse y aislado: No importa lo que Humboldt haya ex-puesto: inmediatamente se vuelve a pensar-en-conjunto.
El modelo de escritura de Humboldt conforma de manera contextual (esto es, con miras a los diferentes componentes de Isle de Cube) un entramado textual archipiélico, que a la vez se entreteje contextualmente con los desarrollos históricos, políticos o económicos de la época. Esta disposición dinámica afecta tanto las relaciones intratextuales, esto es, los vínculos con otros textos de Humboldt dentro y fuera de los Diarios de viaje americanos, como también las relaciones intertextuales, que unen la escritura de Humboldt explícita e implícitamente con obras, datos y conocimientos de otros autores. Así, esta pieza de literatura humboldteana de viaje comenzada en el año 1804 desde luego se encuentra relacionada por ejemplo con aquellas partes textuales que se redactaron durante la primera estadía en Cuba, incluye sin embargo también todos aquellos textos-isla que Humboldt había desarrollado en otros momentos de sus manuscritos de viaje. Por tanto, sólo para poner de relieve un ejemplo, algunas reflexiones sobre esclavos y esclavitud se encuentran en una evidente conexión referencial con textos-isla que Humboldt titulara en todos los nueve volúmenes de sus diarios de viaje con frecuencia como «Esclaves», «Sklaven» o «Esclavos».
A pesar de que en el título – junto con la denominación francesa de la isla – parece prevalecer el monolingüismo, ya que la mayor parte de Isle de Cube ha sido redactada en francés, se incluirán, al lado del francés otras lenguas – así como sucede en otras partes de los Diarios de viaje americanos de Humboldt – por lo que se crea el multilingüismo tan característico para Humboldt y el discontinuo pasar de una lengua a la otra que corresponde a su propia convicción y también la de Wilhelm von Humboldt, de que el mundo no se puede analizar y comprender desde una sola perspectiva, a partir de una sola lengua. El saber se transmite a través de la lengua y está anclado en la lengua – y, por lo tanto, no es lingüísticamente neutral. La escritura archipiélica de Alexander von Humboldt se sirve con toda naturalidad del multilingüismo, que actualmente corre el peligro de perderse a raíz del predominio del inglés en las ciencias – con secuelas negativas que llevan incluso a la pérdida de gran cantidad de bibliotecas no inglesas.13 La écriture de Humboldt se basa en la misma medida como su conciencia de mundo en un constante cambio de lenguas, que es evidente en este manuscrito con sus pasajes en lengua alemana, castellana o inglesa.
Michael Zeuske tiene buenas razones para poner de relieve en su texto introductorio a la primera edición de Isle de Cube. Antilles en général la enorme importancia de la economía esclavista y el comercio con esclavos en este texto tan complejo proveniente de la pluma de Humboldt.14 Ya desde su arribo al «Nuevo Mundo», Humboldt se había ocupado intensamente en Cumaná, la actual Venezuela, con las diferentes formas de la esclavitud: tanto con la esclavización indígena, la esclavitud por razzia y la esclavitud masiva, tal y como se practicara en la esclavización, transporte, violación y aprovechamiento brutal de la población africana en las Américas15. A lo largo de todo el viaje por los trópicos de América un sinnúmero de textos-islas remiten al don de observación y reflexión, pero asimismo a los incesantes flujos de información de la «primera» y «segunda» esclavitud, que se procesaron de manera archipiélica en los Diarios de viaje americanos. El manuscrito de Humboldt ofrece un cuadro muy dilucidador de la barbarie transatlántica tanto desde la perspectiva hemisférica como circumcaribeña.
Cuando Aimé Bonpland y Alexander von Humboldt inician su segunda estadía en la isla de Cuba, las condiciones del sistema de esclavitud habían sufrido un cambio fundamental de dimensiones histórico-globales. A la Revolución Industrial inglesa mencionada por Humboldt y a la Revolución Francesa, tan admirada por él, se habían sumado además la revolución anticolonial de los Estados Unidos y el triunfo de la revolución haitiana que había iniciado en 1791 y terminado con la Declaración de Independencia de Haití el 1º de enero de 1804.
Humboldt comienza la redacción de su escrito en 1804, esto es, pocas semanas antes de su partida a los Estados Unidos, seguramente más influido por la doble revolución americana que por la europea y se ubica por eso entre la revolución contra el estatus colonial en los Estados Unidos y contra la condición esclavizante en Saint-Domingue, hasta hace poco todavía en manos de los franceses. El desafío que significó para él la persistente esclavitud masiva en los Estados Unidos le llevó a expresar un sinfín de comentarios críticos, lo cual sabemos gracias a las vehementes protestas de él en contra del intento de desacreditarlo como defensor de la esclavitud tanto en vida como también en la actualidad en los Estados Unidos. Recientemente se publicó una retraducción con comentarios críticos de su Essai politique sur l’île de Cuba, en la que se señalan las traducciones difamatorias de Trasher, ya que éste había «convertido/trasladado» todas las declaraciones críticas a la esclavitud expresadas por Humboldt en comentarios defensores de la misma.16 Sirva esto también como ejemplo para poner de relieve cuán peligrosa y miope puede ser la actuación de una ciencia, que ya no recurre a los textos en lengua extranjera, sino únicamente a las traducciones en inglés. La ciencia translingüe de Alexander von Humboldt en cambio sería el antídoto ideal.
En medio de una histeria que se propagó velozmente entre todos los implicados en la economía, el comercio y el contrabando esclavista después de la exitosa revolución en Haití, Alexander von Humboldt continua desarrollando las observaciones realizadas a lo largo de los años precisamente de cara a la Second Slavery y analiza con detenimiento tanto el material numérico recopilado por él mismo y el que le han puesto a la disposición, como los discursos justificatorios y las acciones prácticas de las oligarquías locales e internacionales. Su destreza diplomática le permite el acceso no sólo a los círculos más altos, sino también a los más informados de la sociedad colonial española.
El simpatizante de la Revolución Francesa sin lugar a dudas se distanció de la revolución de Haití, aunque siempre le siguió siendo fiel a su convicción éticamente fundada, según la cual era repudiable cualquier tipo de esclavitud – entre otros, de los pueblos indígenas de América y que era obligatorio abolirla. En Isle de Cube. Antilles en général analiza – tal y como lo expresa ya el título – no solo los veloces cambios en los contextos históricos y económicos de la esclavitud masiva en Cuba, sino que incluye en su pensamiento comparatista y perspectiva multirelacional de la esclavitud tanto las Antillas como todo el espacio de movimiento transatlántico. A raíz de las condiciones revolucionarias en Saint-Domingue su interés se enfocaba en las Antillas francesas. No obstante, también se dedicó al estudio de la legislación esclavista en el Imperio de la Monarquía Católica o en el Empire británico con sus reglamentaciones a menudo laxas y también con los fundamentos legislativos de la esclavización en el imperio colonial francés.
Sin duda, su enfoque no era revolucionario, sino que quería reformar parte por parte la esclavitud en aras de una abolición real a mediano plazo. Una y otra vez pone de relieve no solamente las potencias e instituciones que sacaban un increíble y atroz beneficio de la esclavitud de masas y el radio de acción de los esclavos, sino asimismo las condiciones concretas de vida de los subyugados tanto en Cuba como en general en las Antillas. Sus investigaciones se refieren a las inhumanas formas de alojamiento o la vestimenta inapropiada de los africanos esclavizados, sus costumbres y alimentación en los ingenios en constante «modernización», cuya meta era la máxima rentabilidad:
On donne à un Nègre 1/2 arrobe de Tasajo de Buenos ayres, en outre les Viandes c. à. d. les Calabasses, Boniatos (Convolvulus) forme de Mays, 1 ar[roba] de Tasajo de Buenos ayres = 10–12 r[eales]. Enfin, [s’il] manque, on leur donne du Bacalao (salé) que l’on regarde comme malsain. (IC, fol. 130v).
Por medio de explicaciones de tal índole se pone de relieve que se interesaba no únicamente por las despiadas prácticas de la esclavitud masiva en el contexto económico global, ni tampoco solo por la pregunta, ya en aquel entonces controvertida, acerca de la rentabilidad de la esclavitud (que para Humboldt, en vista de las enormes ganancias era inaceptable), sino también por las condiciones concretas de vida de los esclavos en aquellos ingenios, que Humboldt pudo visitar gracias a las buenas relaciones que mantenía con la oligarquía azucarera cubana. Así, en Isle de Cube. Antilles en général se crea un cuadro muy ilustrativo de aquella esclavitud masiva que Humboldt analizaba y a la vez detestaba. No obstante, pudo valorar acertadamente que la abolición de la esclavitud, persistente en América hasta 1888 y en última instancia siguió y sigue perviviendo, no iba a ser asunto de unos pocos años:
S’il est dangereux qu’auqu’un [sic!] Gouvernement s’occupe en ce moment de la liberté des Nègres [,] on pourrait du moins s’occuper d’améliorer leur sort, de les rendre moins malheureux. C’est un Crime de ne pas le faire. (IC, fol. 141v)
Mantenerse inactivo ante la esclavitud era para Humboldt un crimen.
Isle de Cube. Antilles en général es más que una recopilación de material y temas para el Essai politique sur l’île de Cuba de Alexander von Humboldt, que aparecerá más tarde y por separado; este texto-archipiélago desarrolla más bien una forma específica de miniaturización de conexiones complejas que, como escritura corta, pone de relieve de manera discontinua la relacionalidad en el acercamiento de Humboldt al archipiélago caribeño. La escritura breve practicada aquí no consiste – tal y como lo muestran los fragmentos del texto – en una enumeración de puntos clave junto con explicaciones añadidas (como sería el caso en una recopilación de material), sino de elementos lingüísticos formulados con gran agudeza, lo que le procura al texto en su conjunto en el marco de los Diarios de viaje americanos un valor de conocimiento muy alto. Alexander von Humboldt es un escritor: también al redactar miniaturas.
Los datos matemáticos y las estadísticas sirven a la vez como puntos de referencia de un sistema de análisis y reflexión que siempre exige una relacionalidad interna y externa. Sin lugar a dudas, toma en consideración la isla de Cuba en su relacionalidad interna; sin embargo, Humboldt tiene la certeza que en su pensamiento vinculador no hay espacio para comprender la situación específica de la isla, mientras no se incluyan sus relaciones interantillanas así como transarchipiélicas.
Si por ende se mezclan bajo el título «Esclaves» (IC, fol. 134r) las reflexiones de Humboldt en francés referentes a la revolución en Saint-Domingue con las citas en castellano del especialista sobre asuntos de esclavitud importante para él, Francisco de Arango y Parreño, en relación con la legislación en el imperio español o con citas en inglés que remiten a la legislación esclavista en Barbados o Bermudas, entonces esto nos descubre la unidad del espacio caribeño en el sentido que le diera Humboldt, precisamente desde su diferencia lingüística, cultural, legal, social o política. Tal y como sucede en un movimiento doble de sístole y diástole, el des-ligar (“Auseinander-Setzen”) y el pensar-en-conjunto se vincula de manera contundente a una relacionalidad respectivamente interna y externa, en la que la relativa auto-lógica y la auto-legislación de las islas no lleva a un tratamiento individual y por separado, sino a una reflexión compleja de lo diferente (por ejemplo dentro de una sociedad de ingenios basada en la esclavitud). Humboldt precisamente no hace divisiones entre los diferentes imperios coloniales, los distintos sistemas legislativos, entre procesos de historia que transcurren divergentemente o ámbitos de la lengua diversos. Su universo discursivo y su escritura archipiélica consideran la complejidad de forma relacional y polilógica.
La miniaturización que se ha logrado gracias a la escritura corta permite el desarrollo de un modelo que apunta no hacia una simplificación, sino hacia un alto grado de complejización. Asimismo, salen a la superficie contextos de vida y vivencia. No habría mejor manera de ejemplificar la terrible represión del terrorismo blanco en Saint Domingue que en esta manifestación:
J’ai entendu dire : Mr, Vous êtes un Jean-foutre ─ ─ un Philantrope! On donnait 200–300 coups de fouets aux Nègres avant de les fusiller ; on fusillait tous les Prisonniers, 50–80 à la fois. Le Terrorisme régnait en 1803 aux Colonies. Le Général Rochambeau fit fusiller un Habitant parce que il ne lui paya pas la Contribution de 6000 pesos. (IC, fol. 141v)
De esta forma, Isle de Cube. Antilles en général conforma no únicamente un modelo de escritura sino también y ante todo un modelo de reflexión sobre la isla de Cuba y también del archipiélago de las Antillas. En este modelo se incluyen aspectos geológicos, historiográficos, teórico-culturales, climatológicas, económico-geográficos, histórico-globales, sociológicos y politológicos, específicos de la esclavitud y estratégico-militares, que han sido intercalados a manera de islas en el texto y se traducen inmediatamente en una dimensión de multirelacionalidad: Todo es reciprocidad. La dimensión política de este Essai politique en miniature incluye al mismo tiempo la política como lo político en su polirelacionalidad.
La ciencia de redes humboldteana diseña el modelo17 para la comprensión científica del Caribe, dentro de la que tiene validez lo siguiente: Quien quiera entender la isla de Cuba, no debe enfocar su interés solo en la isla, sino que tiene que incluir la mayor cantidad de conocimientos sobre Haití o Jamaica, Martinique o Barbados, Puerto Rico o Guadeloupe, las Bermudas, Antiga o Curaçao. El especialista sobre Cuba por ende no es aquel que se concentra únicamente en Cuba. Esto lo pone de relieve la forma de escribir densificada tan característica de Humboldt a través del título: Isle de Cube. Antilles en général.
El fundamento de una forma de proceder polilógica y no una historia estática del espacio se da al comprender el Caribe de manera relacional. Es decir, a sustentarse en el examen de una estructuración abierta de todos los elementos que entran en interacción recíproca. Más bien, este texto que se sitúa al final del viaje americano de Alexander von Humboldt, contiene ya los perfiles de la ciencia humboldteana. Lo que unifica dinámicamente los elementos de un mundo, en el que todo se encuentra en movimiento, no es una historia del espacio sino una historia del movimiento: desde la precaria situación geológica y vulcanológica, pasando por la migración de las plantas hasta la migración (forzada) del ser humano, consecuencia de factores de poder y mando que los convierte, bajo el signo de un sistema económico global centrado transatlánticamente, en objetos esclavizados a merced de los intereses globales. No obstante, en los Diarios de viaje americanos de Alexander von Humboldt no se considera precaria solamente la geología o la ecología, sino precisamente también la economía que, bajo el signo de la exitosa revolución en Saint Domingue a más tardar desde 1804, momento de la segunda estadía de Humboldt y Bonpland en la isla, es víctima de los cambios radicales. Humboldt incluyó sin lugar a dudas a todo el espacio caribeño y los márgenes de tierra firme circumcaribeños y asimismo los Estados Unidos de América, cuyo desarrollo poblacional y esclavista no olvidó tomar en consideración antes de su partida a ese país. Las Antillas francesas se encontraban en el foco de un comercio transatlántico, cuyos fundamentos económicos esclavistas estaban erosionados.
Asi, Isle de Cube. Antilles en général no solamente ofrece una escritura archipiélica, cuya miniaturización desenvuelve transarealmente, en el contexto de una multirelacionalidad polilógica, el modelo del área caribeña aquí tratada. Este modelo configura a la vez el fractal de una comprensión de la ciencia que Alexander von Humboldt ampliará a lo largo de las siguientes décadas. Como fractal de la ciencia de Humboldt es símbolo de una epistemología y una escritura tanto científica como literaria que no ha perdido su relevancia para los desafíos de la actualidad.
Trad. Rosa María Sauter de Maihold
Bordone, Benedetto: Libro di Benedetto Bordone nel qual si ragiona de tutte l’isole del mondo, con li lor nomi antichi & moderni, historie, favole, & modi del loro vivere & in qual parte del mare stanno, & in qual parallelo & clima giacciono. Con il breve di papa Leone. Et gratia & privilegio della Illustrissima Signoria com’ in quelli appare. Vinegi [Venezia]: per Nicolo d’Aristotile, detto Zoppino 1528.
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Humboldt, Alexander von: Isle de Cube. Antilles en général. Edición de Ulrike Leitner, Piotr Tylus y Michael Zeuske; colaboración de Tobias Kraft. En: edition humboldt digital. Ottmar Ette (ed.). Berlin: Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften, versión actualizada del 14.09.2017. URL: http://edition-humboldt.de/v2/H0002922. En el texto se cita con la sigla IC.
Humboldt, Alexander von: Political Essay on the Island of Cuba. A Critical Edition. Edited with an Introduction by Vera M. Kutzinski and Ottmar Ette. Translated by J. Bradford Anderson, Vera M. Kutzinski, and Anja Becker. With Annotations by Tobias Kraft, Anja Becker, and Giorleny D. Altamirano Rayo. Chicago – London: The University of Chicago Press 2011.
Humboldt, Alexander von: Relation historique du Voyage aux Régions équinoxiales du Nouveau Continent... Nachdruck des 1814–1825 in Paris erschienenen vollständigen Originals, besorgt, eingeleitet und um ein Register vermehrt von Hanno Beck. Bd. III. Stuttgart: Brockhaus 1970.
Humboldt, Alexander von: [Tagebücher der Amerikanischen Reise] IX. Varia: Obs. astron. de Mexico a Guanaxuato, Jorullo, Toluca, Veracruz, Cuba, Voy. de la Havane à Philadelphia. Geologie de Guanaxuato, Volcans de Jorullo et de Toluca. Voyage de la Veracruz à la Havane et de la Havane à Philadelphie. Jorullo p. 95–106. Staatsbibliothek zu Berlin – Preußischer Kulturbesitz (SBB – PK), Nachl. Alexander von Humboldt (Tagebücher) IX. Folio-Format, Ledereinband.
Humboldt, Alexander von: Essai politique sur l’île de Cuba. Avec une carte et un supplément qui renferme des considérations sur la population, la richesse territoriale et le commerce de l’Archipel des Antilles et de Colombia. 2 tomos. Paris: Librairie de Gide fils 1826.
Kutzinski, Vera M. / Ette, Ottmar: Inventories and Inventions: Alexander von Humboldt’s Cuban Landscapes. En: Humboldt, Alexander von: Political Essay on the Island of Cuba, pp. vii-xxiii.
Lévi-Strauss, Claude: La pensée sauvage. Paris: Plon 1962.
Mikolajczyk, Aniela: Alexander von Humboldts Manuskript »Isle de Cube. Antilles en général« in der Biblioteka Jagiellonska als Vorstufe des »Essai politique sur l’île de Cuba«. En: HiN – Alexander von Humboldt im Netz. Internationale Zeitschrift für Humboldt-Studien (Potsdam – Berlin) XVIII, 34 (2017), 59–80. DOI: 10.18443/248
Mittelstraß, Jürgen / Trabant, Jürgen / Fröhlicher, Peter: Wissenschaftssprache. Ein Plädoyer für Mehrsprachigkeit in der Wissenschaft. Stuttgart: J.B. Metzler Verlag 2016.
Zeuske, Michael: Alexander von Humboldt, die Sklavereien in den Amerikas und das »Tagebuch Havanna 1804«. En: edition humboldt digital. Ottmar Ette (ed.). Berlin: Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften, versión actualizada del 14.09.2017. URL: http://edition-humboldt.de/v2/H0012105
1 El texto aquí presentado es la traducción al español de Ette, Ottmar: Insel-Text und archipelisches Schreiben: Alexander von Humboldts „Isle de Cube, Antilles en général“. En: edition humboldt digital. Ottmar Ette (ed.). Berlin: Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften, versión actualizada del 14.09.2017. URL: http://edition-humboldt.de/v2/H0016213
2 Véase para ello el capítulo cinco «Inkubationen: Eine Nationalliteratur ohne festen Wohnsitz? » en Ette, Ottmar: ZwischenWeltenSchreiben. Literaturen ohne festen Wohnsitz (ÜberLebenswissen II). Berlin: Kulturverlag Kadmos 2005, pp. 157–180.
3 Cfr. Carpentier, Alejo: La ciudad de las columnas. La Habana: Editorial Letras Cubanas 1982.
4 Humboldt, Alexander von: Relation historique du Voyage aux Régions équinoxiales du Nouveau Continent...Stuttgart: Brockhaus 1970, p. 348.
5 En cuanto al término paisaje de la teoría, cfr. Ette, Ottmar: Europa transarchipelisch denken. Entwürfe für eine neue Landschaft der Theorie (und Praxis). En: Lendemains (Tübingen) XXXIX, 154–155 (2014), pp. 228–242.
6 En relación con las diferentes fases véase: Ette, Ottmar: TransArea. A Literary History of Globalization. Translated by Mark W. Person. Berlin – Boston: Walter de Gruyter 2016.
7 Libro di Benedetto Bordone. Nel qual si ragiona de tutte l’Isole del mondo... Vinegria: Zoppino 1528.
8 Humboldt, Alexander von: Essai politique sur l’île de Cuba. Avec une carte et un supplément qui renferme des considérations sur la population, la richesse territoriale et le commerce de l’Archipel des Antilles et de Colombia. 2 tomos. Paris: Librairie de Gide fils 1826. Compárese para esta obra y los mapas la edición crítica de la traducción al inglés de Humboldt, Alexander von: Political Essay on the Island of Cuba. A Critical Edition. Edited with an Introduction by Vera M. Kutzinski and Ottmar Ette. Translated by J. Bradford Anderson, Vera M. Kutzinski, and Anja Becker. With Annotations by Tobias Kraft, Anja Becker, and Giorleny D. Altamirano Rayo. Chicago – London: The University of Chicago Press 2011.
9 Humboldt, Alexander von: Isle de Cube. Antilles en général. Edición de Ulrike Leitner, Piotr Tylus y Michael Zeuske; colaboración de Tobias Kraft. En: edition humboldt digital. Ottmar Ette (ed.). Berlin: Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften, versión actualizada del 14.09.2017. URL: http://edition-humboldt.de/v2/H0002922. En el texto se cita con la sigla IC.
10 Véase asimismo Leitner, Ulrike: Vorwort. En: edition humboldt digital. Ottmar Ette (ed.). Berlin: Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften, versión actualizada del 14.09.2017. URL: http://edition-humboldt.de/v2/H0002927.
11 Humboldt, Alexander von: [Tagebücher der Amerikanischen Reise] IX. Varia: Obs. astron. de Mexico a Guanaxuato, Jorullo, Toluca, Veracruz, Cuba, Voy. de la Havane à Philadelphia. Geologie de Guanaxuato, Volcans de Jorullo et de Toluca. Voyage de la Veracruz à la Havane et de la Havane à Philadelphie. Jorullo p. 95–106. Staatsbibliothek zu Berlin – Preußischer Kulturbesitz (SBB – PK), Nachl. Alexander von Humboldt (Tagebücher) IX. Folio-Format, Ledereinband, fol. 142r.
12 Humboldt, Alexander von: [Tagebücher der Amerikanischen Reise] IX, fol. 27r.
13 Véase Mittelstraß, Jürgen / Trabant, Jürgen / Fröhlicher, Peter: Wissenschaftssprache. Ein Plädoyer für Mehrsprachigkeit in der Wissenschaft. Stuttgart: J.B. Metzler Verlag 2016.
14 Cfr. Zeuske, Michael: Alexander von Humboldt, die Sklavereien in den Amerikas und das »Tagebuch Havanna 1804«. En: edition humboldt digital. Ottmar Ette (ed.). Berlin: Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften, versión actualizada del 14.09.2017. URL: http://edition-humboldt.de/v2/H0012105.
15 Ídem. En cuanto al interrogante de la esclavitud cfr. asimismo Mikolajczyk, Aniela: Alexander von Humboldts Manuskript »Isle de Cube. Antilles en général« in der Biblioteka Jagiellonska als Vorstufe des »Essai politique sur l’île de Cuba«. En: HiN – Alexander von Humboldt im Netz. Internationale Zeitschrift für Humboldt-Studien (Potsdam – Berlin) XVIII, 34 (2017), 59–80. DOI: 10.18443/248.
16 Cfr. Kutzinski, Vera M. / Ette, Ottmar: „Inventories and Inventions: Alexander von Humboldt’s Cuban Landscapes.“ En: Humboldt, Alexander von: Political Essay on the Island of Cuba. A Critical Edition, pp. vii-xxiii
17 En cuanto a los vínculos entre miniaturización y modelación en el campo de tensión de la ciencia, el arte y el bricolage, cfr. Lévi-Strauss, Claude: La pensée sauvage. Paris: Plon 1962, p. 26.